miércoles, 1 de mayo de 2013

Lista de reproducción

Hay días que sin sentido enlazas canciones y, al final, llegas a donde no querías.

No podía oír esa canción sin recordar los días pasados. No podía escucharla e ignorar su mente y sus recuerdos. Daría mucho por abrazar con todas sus fuerzas a la persona a quien le evocaba, por sacar de nuevo todo el cariño que existió y dejarlo escapar, liberarlo. Pero no podía abrir esa jaula, no podía dejarlo salir y arriesgarse a pasar de nuevo por ese lago en el que casi quedó ahogado. Tenía miedo a quitarse el traje de arrogancia y ser débil de nuevo, volver a caer. Tenía miedo a que sentir le superase. 
No quería pasar de nuevo por un túnel sin luz por eso no podía abrazar, por eso no reía igual. Nadie sabía lo largos que fueron los días ni las cosas que pasaron por su cabeza. 
La echaba de menos, posiblemente la quería aún en el fondo de su corazón, pero recordaba nitidamente las lágrimas de los primeros días en que apenas había empezado a conocerla, recordaba los malos ratos más que los buenos y, ante todo, recordaba el final. Quería abrazar de nuevo, pero no quería pagar el precio que le había costado antes, no quería odiar los días como lo había hecho.