miércoles, 5 de diciembre de 2012
Acción
Princesa de mis cuentos, protagonista de mis películas, de
escenas de amor vistas donde en mi imaginación tu eras la intérprete. De sueños
perdidos en los que te veía única, en los que no concebía a nadie más que a ti
y en los que a nadie más hubiera aceptado. Pero mientras que eras la
protagonista perfecta en mis sueños, del otro lado caía siempre la pregunta contraria
de quien será su hombre así, quien ocupará el otro lugar, el de las escenas, el
de los sueños, el que realmente imagina mi protagonista, ese que no soy yo, ese
en el que no me ve por mucho que quiera intentarlo, por bien que pueda interpretar el papel. Secundario galardonado pero sin brillo, sin posibilidad de protagonizar
jamás, tristemente ensombrecido y condenado a ver de lejos la película de sus
sueños, esa que hubiera dado cualquier cosa por protagonizar, esa de la que tal vez algún
día, en alguna memoria de alguna actriz, coincidan los intérpretes tanto para ella
como para él, coincidan los sentimientos y los besos se devuelvan con la misma
sed.
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