viernes, 28 de diciembre de 2012

Noches de cine


Palomitas en mano me senté en la butaca central de la sala, temprano como la mayoría de las veces, nunca me había gustado perderme los tráiler que preceden a las películas. En la mayoría de las ocasiones, antes de que empezara la película, ya había devorado el cartucho de palomitas. Nada transcurría fuera de lo normal, lo especial sucedió después.
 Pasó desde el segundo uno. Sabía que aquello que estaba viendo te habría encantado. Durante toda la película, pensé en ti, pensé en cada gesto, cada sensación. Cada segundo lo pasé pendiente de la película pero, también, pendiente de mi imaginación, de cómo te vislumbraba, del brillo de tus ojos con cada dulzura, con cada personaje, casi sabiendo a la perfección lo que dirías, como reaccionarias. Era tan bonita y tan dulce como tú. Me hubiera gustado verla contigo, me hubiera encantado tenerte a mi lado. La olvidaré entera solo para verla otra vez contigo princesa, para poder abrazarte con fuerza cuando termine.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Adiós amor

Son muchas las ocasiones en las que me duele pensar que esto se ha acabado, en las que me cuesta hacerme a la idea, pero poco a poco tus palabras, buenas o malas, directa o indirectamente, hacen que, más rápido de lo que esperaba, vaya asimilando todo y comprendiendo que nunca he sido para ti lo que yo había imaginado.
No sé como no lo había notado antes, pero ahora me doy cuenta de que no soy para ti todo lo que quisieras, ni mucho menos, a pesar de saber que yo no puedo hacer más y eso produce una sensación de impotencia inmensa. Pero tus actos me han dejado claro que en tu corazón siempre he partido con 9 años de desventaja, poco a poco noto donde me equivocaba contigo y donde te has equivocado tú conmigo. Aunque tardío, tú has sido mi amor de 15 años y yo no podré ser eso nunca para ti, al igual que nadie lo volverá a ser para mí. Siempre te querré más fuerte de lo que tú lo hayas hecho conmigo, siempre pensaré en ti y siempre permaneceré enamorado de tu sonrisa, eso algo que no puedo remediar. Siempre vivirás en mi mente, pero día a día vas desapareciendo de mi corazón. Espero que en algún lugar encuentres lo que buscas, que te den tanto como yo te hubiera dado y que seas feliz. Yo se que encontraré a una persona, no sé si parecida a ti, a la que pueda amar y que me haga sentir especial, que me haga sentir su todo, que me haga sentir único.
Adiós mi amor de 15 años. 

domingo, 23 de diciembre de 2012

89.0 RadioTu

Las líneas de la carretera pasan verticales ante mí, monótonas y aburridas mientras conduzco. Ninguno de los discos funciona, parecen haberse quedado helados con el frío de estos días. Solo la radio da señales de vida, eso cuando no se distorsiona apagando las palabras en un molesto zumbido. Pero cada cadena sintonizada es peor, es sorprendente como las canciones son tú, como todas tienen frases que tienen algo que ver conmigo, como si congregadas se hubiesen propuesto recordarme las cosas en las que he decido no pensar. Cada una daba paso a otra que resultaba, sorprendentemente, más cercana, cada letra que antes había obviado o tarareado sin pensar ahora se volvía en mi contra, me recordaban demasiado a ti y a ratos contigo, me recordaban demasiado a todos y cada uno de mis pensamientos. No podía oír más lo que sonaba. Mejor cambiar de frecuencia. Mejor pensar en otra cosa.

viernes, 21 de diciembre de 2012

No me dejes nunca

No hay luz de momento, aunque la gente dice que saldrá el sol tarde o temprano. La luz será cálida y acogedora, pero, de momento, tras este camino infinito que separa tu mundo del mío, solo hay oscuridad y un horizonte que llega hasta donde me puede alcanzar la vista. Un infinito al que tengo miedo por ser desconocido, por no saber que podré encontrar, por o saber si habrá alguna vez un lugar como en el que estado. Miedo a que se vuelva a repetir la historia, a que el horizonte se haga eterno y no encuentre a nadie en él. Miedo a la soledad. Una oscuridad en la que necesito tu abrazo, en la que, aunque sea de otro modo permanezcas a mi lado y yo al tuyo. El miedo se acrecienta si no te puedo ver, si avanzado el camino nos separamos, si pienso que puede haber algún día en el que deje de saber de ti, en el que solo me quede tu recuerdo, en el que de saber de tus abrazos, porque hoy te quiero, y sé que de una forma u otra eso nunca va a cambiar a lo largo del camino, pero no quiero que tu dejes de hacerlo, que perdamos el contacto en el camino y nos separemos. De una forma poco común eres una mitad para mí, y siento que ahora es mucho más fácil que se pierda esa sensación, que desaparezca en la nada. Porque sin ti no hay Oz, porque tú eres mi Oz.


jueves, 20 de diciembre de 2012

Sentado a tu lado


No sabes las ganas de darte un beso que me recorren de pies a cabeza cuando estoy a tu lado. No sabes cuánto me tengo que contener, ni cuan inmensos son los impulsos que si dejara libres se abalanzarían sobre ti. Si solo de mí dependiera no dejaría de darte besos, no dejaría de quererte, pasaría el tiempo abrazado a ti en lugar de permanecer a tu lado cruzado de brazos, creando una barrera que no salgan los deseos que guardo, reprimiendo prácticamente todo lo que siento por ti. Sólo una brizna que en el fondo de mi siento que se queda corta, que quiero y necesito más y no lo tengo, no puedo tenerlo, y no llega el momento en el que alcance a entender por qué no puedo dejar libre lo que siento.

martes, 18 de diciembre de 2012

Lo dice el modo en que te miro

Echo de menos las horas muertas contigo, cuando apaciblemente nos sentábamos en el sofá y te veía sonreír. Lamento no haber disfrutado lo suficiente de la última vez, pero no era consciente de que sería tal, que podría pasar tanto tiempo hasta tener la oportunidad de una próxima. Cada vez que pienso lo largos que se hacen los días sin ti, sin poder verte, lo mucho que me llena estar a tu lado, porque te siento cerca, te comprendo mejor, al contrario de la lejanía que producen unas palabras escritas, por mucho empeño que se ponga en lo contrario. Hoy miro tu cara en las fotos y me lamento por no poder disfrutarla de cerca, no poder posar mis labios en tu mejilla y mostrarte lo que me brillan los ojos al verte, la luz que solo tu provocas en mi, una luz de entusiasmo, de alegría, de aprecio y, tengo que decirlo, de amor. Una luz que sale desde lo más profundo de mi corazón.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Sueños y besos plácidos


Hoy hacen cuatro las noches que he pasado seguidas soñando contigo. Los días transcurren normales, no sin recordarte, pero como siempre. Es al caer la noche, mientras duermo, cuando mi subconsciente aprovecha para engañarme, para sumirme en un sueño en el que te hace protagonista. Resulta increíble lo reales que pueden llegar a parecer los sueños, lo nítidos que se presentan, siempre tan cerca de ti, tan envidiables. Escenas que hace tanto que añoro y deseo. Momentos en los que me cubres de besos, otros en los que soy yo el que lo hace, sin nada más que eso. Solo miles de besos, pero son sueños tan penetrantes como cualquier otro que haya tenido antes. Despierto con el corazón encogido y la mente confusa, con el deseo de un simple y sencillo beso, de tenerte cerca y suavemente marcar mis labios en tu piel de seda, solo eso, tanto como eso.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Yo me sigo acordando

Sigue sin pasar un segundo en el que no me acuerde de ella. Un instante en el que no esté dentro de mi delirio. Una y otra vez pienso en ti y salpico mis pensamientos con imágenes y momentos contigo, sin que mi mente me dé un segundo de descanso en el que evadirme de ti. No pasa un minuto sin que tú estés presente en mi imaginación, en mi cabeza, sin que añore verte, sin que quiera estar contigo y disfrutar de ti. Bajo la luna y en silencio, tu imagen grita en mi cabeza y revela los suspiros que tengo escondidos, esos que necesitan liberarse en el fondo de un abrazo tuyo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Un lugar

Me pregunto si habrá algún lugar en el que esté a cómodo, en el que pueda sentarme y dejar de una vez de cambiar. Me pregunto si encontraré un sitio en el que me sienta bien, del que alguna vez no quiera escapar, en el que quiera permanecer inmóvil. No sé si existe ese sitio en el que no quiera que pasen los días vanos, en el que todas las mañanas haya luz y cada noche un sueño, en el que no se encoja el pecho ni se anude la garganta. Un lugar en el que disfrute día a día con lo que hago, con lo que estudio, con lo que vivo, con lo que siento. En el que no me pregunte en ningún momento si no sería mejor dejarlo todo, sino sería mejor perder de una vez, retirarse. Un lugar en el que vuelva a sentir la felicidad que fugazmente experimenté. Un lugar, una persona. Me pregunto si existirá más allá de mi imaginación.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Gotas de ti


No recordaba ese instante en el que las palabras vuelan sordas a tu alrededor, carentes de importancia y sentido. Mis pensamientos hablaban más alto que las personas y yo me perdía absorto en ellos, haciendo inútil mi presencia en aquel lugar, quemando mi pecho, agarrándose a mi garganta, anudándola, ahogándome y empañando mis ojos.  Volver a casa apresurado por ocultar todo, volver al escalofriante calor de mi habitación, al frío abrasador de mi cama, del abrazo de mi almohada  que,  paciente, me esperaba, echándome de menos tras tanto tiempo sin estar con ella, tras tanto tiempo sin ser tan confortable como hoy, recogiendo las gotas rebosantes de mis ojos, recogiendo cada sentimiento, cada gota de ti que se escapa.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Una parte del cielo

El modo en que el pelo se dejaba caer sobre tu frente, ondulando cada mechón de izquierda a derecha y punta a punta elevándose levemente. Los hilos dorados de tu vestido reposaban suavemente sobre tu piel, sobre tus hombros. Tu pelo y aquel vestido dorado con brillos dejaban desnuda e irresistible la piel tersa y suave de tu cuello, sencillamente adornado con un collar dorado. Podía imaginar a la perfección el perfume que lo rociaba y me recorría un escalofrío al imaginar los besos que allí te había dado, las veces que mis labios se habían paseado suavemente por él.
El brillo de tus ojos deslumbraba como siempre mi corazón tras aquella sombra oscura y, bobamente, no pude dejar de acudir en toda la noche a observar una y otra vez el trocito de cielo que había quedado guardado en mi móvil y que conseguía que de solo mirarlo sintiese lo más intenso del mundo en mi pecho. Simplemente, cada vez que te veo de este modo, me quedo sin palabras que puedan explicar lo hermosa que eres, que puedan explicar lo que me haces sentir... 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Carta de un niño grande

Queridos Reyes Magos, se que falta más de un mes para vengáis, pero me han insistido mucho e incluso me han puesto fecha límite para escribiros esta carta. Para este año no voy a pediros ni paz en el mundo ni que se acabe la crisis porque, la verdad, lo pedí el año pasado y lo habéis hecho de pena. Este año pediré para mí, que parece que se os da mejor. Deseo con todas mis fuerzas una muñeca castaña de pelo corto y metro sesenta, dulce, encantadora y de nariz, manos y culito fríos en invierno. Sé que no es de niños pedir una muñeca, pero yo la quiero y es vuestro deber traerla. De esas que acompasan su respiración con la mía, que mueva la lengua, que de muchos besos ricos con sus labios dulces y húmedos y haga unos sonidos un tanto extraños cuando se le acaricia. Quiero que le suene la tripa cuando tenga hambre y que no haga nada más que quejarse de que ésta es demasiado gorda, quiero que venga con un armario enorme lleno de complementos y que ponga cara de felicidad al ponérselos, que le encante hacerlo y que siempre, siempre, quiera tener más. Quiero que sepa llorar, pero que al abrazarla fuerte y con cariño se le pase y, sobretodo, quiero que ría, que ría mucho y conmigo y sea tan tonta como yo. En definitiva queridos Reyes Magos, quiero la muñeca perfecta, quizá pida demasiado, pero prometo prestarle atención como única que se que es y no descuidarla nunca.

jueves, 6 de diciembre de 2012

La humedad que se evapora de mis labios

Lo recuerdo perfectamente. Se separaron, se alejaron suavemente los unos de los otros notando hasta el último roce, notando la humedad tierna y escalofriante que se adhería a ellos. Separándose tal vez definitivamente sin poder decirse adiós, sin saber que tal vez fuera la última vez que se rozasen, que se sintiesen. Así sintieron mis labios a los tuyos y así los echan de menos, de esa misma forma que podría echarte yo a ti, de esa misma forma que mantengo el recuerdo de cada segundo, dulce o amargo, aunque tristemente mas reciente el amargo. Labios que se perdían en una lejanía incapaz de entender entonces por los míos, los cuales, aun rebosantes de ignorancia,  pretenden volverlos a sentir añorándolos cada día, cada noche, cada segundo, resignándose a pensar que aquel pudiera ser el último cuando tanto tiempo lo habían probado, cuando tan ignorantes fueron de no despedirse mejor de ellos. Cuando tan sabios fueron de haberlos besado.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Acción

Princesa de mis cuentos, protagonista de mis películas, de escenas de amor vistas donde en mi imaginación tu eras la intérprete. De sueños perdidos en los que te veía única, en los que no concebía a nadie más que a ti y en los que a nadie más hubiera aceptado. Pero mientras que eras la protagonista perfecta en mis sueños, del otro lado caía siempre la pregunta contraria de quien será su hombre así, quien ocupará el otro lugar, el de las escenas, el de los sueños, el que realmente imagina mi protagonista, ese que no soy yo, ese en el que no me ve por mucho que quiera intentarlo, por bien que pueda interpretar el papel. Secundario galardonado  pero sin brillo, sin posibilidad de protagonizar jamás, tristemente ensombrecido y condenado a ver de lejos la película de sus sueños, esa que hubiera dado cualquier cosa por protagonizar, esa de la que tal vez algún día, en alguna memoria de alguna actriz, coincidan los intérpretes tanto para ella como para él, coincidan los sentimientos y los besos se devuelvan con la misma sed.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El rayo cálido mientras helaba

A pesar del frío invernal el día estaba presidido por el sol. Desde dentro de la cama se podía sentir como helaba en el exterior. A pesar del sol tu tristeza lo nublaba todo, y esa nube daba sombra sin quererlo a lo que se encontraba en esta habitación.
Aunque sea irremediable no quiero verte de ese modo del que quedo contagiado hasta tal punto que el preciso instante en el que te he notado riendo ha sido el primer rayo de luz que ha entrado por mi ventana en todo el día, un rayo cálido y acogedor que me llenaba por completo sin que a penas te dieras cuenta, haciendo que se animase algo dentro de mi que hoy no había despertado, haciendo que  todo se viese diferente, una sensación difícil de describir, pero, al fin y al cabo, un ápice de luz al ver que tu sonrisa sigue ahí, que sigue brillando, y conseguir ese destello, por mucho empeño que cueste, hace que mi corazón se siga moviendo por ella, por ti.