sábado, 5 de enero de 2013

Un asesinato mas

En la esquina de la calle Jazmín con Bécquer lo apuñalaron por sorpresa. Anduvo pesaroso hasta casa sin sentir apenas un leve pinchazo, inconsciente de lo que había sucedido. Le propinaron una herida de muerte, pero el aún no lo sabía.
 No hay un lugar ni un momento en el que muera el amor, pero si hay un lugar donde se le mata, donde es asesinado. Muere sin quererlo, sufriendo cada noche por la herida que se le ha ido haciendo y que en muchas ocasiones se sigue repitiendo sin apenas notarlo. Ese golpe certero que consiguió herirlo de muerte. Así es como muere el amor, nunca de viejo, porque así no puedo hacerlo, nunca en una cama por la noche sin notarlo ni sufrir. El amor muere sufriendo, lentamente, poco a poco, como una llama que sin oxígeno se consume e intenta inútilmente respirar en una oscuridad cada vez más tenue, cada vez más triste, en plena soledad. 

0 comentarios:

Publicar un comentario