Bajar tras de ti las escaleras, camino del buzón, viéndote
ilusionada y nerviosa en busca de esa carta que te espera. Fingir no mirarte
mientras la lees, ya que te da vergüenza que lo haga, pero dándote la espalda
imaginaría con claridad cómo mientras lees se iluminan tus ojos marrones y se
dibuja una sonrisa en tus labios, esos que justo cuando terminases de leer
volvería a besar. Entregarte tu regalo en ese mismo portal y ver como lo abres inquiera
por saber que es.
Se perfectamente como reaccionarias y en este mismo instante
lo imagino de la misma forma que si estuviese frente a ti, de modo que baja y
abre el buzón, y respecto al regalo, puedo entregártelo más tarde con la misma
ilusión.
0 comentarios:
Publicar un comentario