El tiempo se alargaba por tu ausencia hasta que pude de
nuevo ir en tu busca. No sin inconvenientes recorrí lo más rápido que pude el
camino hasta dónde estabas. Al fin había llegado. Crucé la puerta y avancé abriéndome
hueco entre un pastillo de gente. Como no podía ser de otra forma, al final de
aquel pasillo estabas tu. Vi el reflejo de tu cara entre la gente y se me
dibujó una sonrisa difícil de disimular en la cara. Llegué ansioso hasta ti y
te saludé menos efusivamente de lo que me hubiera gustado.
Solo podía pensar en el tiempo que llevaba sin verte de ese
modo. No me había equivocado al pensar lo mucho que me ibas a gustar. Camisa,
pantalón, medias y tacones no hubieran sido suficientes para parar mis ganas de
sentirte cerca de no haber sido por la gente que nos rodeaba. El tiempo se me
hizo corto y me fui decepcionado por no haber podido prolongar aquel tiempo a
tu lado algo más, pero en el fondo había dentro de mí una chispa de felicidad
por haber podido ver a aquella chica que me parecía tan hermosa. Aunque mi
felicidad habría sido mucho mayor de saber lo que pronto me esperaba.
0 comentarios:
Publicar un comentario