Hoy te abrazo mientras con tus palabras me haces recordar lo
que sucedió aquel día. Intentas que yo mismo te cuente de nuevo lo que tantas veces te he dicho que sentí. Miro a tus ojos,
aquellos que en la oscuridad de aquella noche no pude ver, pero no fue
necesario porque te pude sentir como ni tan siquiera en mi imaginación lo había hecho hasta ese preciso instante. Quién me hubiera
dicho aquel día que hoy estaría del modo que estoy a tu lado, que envidiaría cada
día estar un poco más tiempo contigo. Que dulce fuiste y que dulce fue aquel beso en la penumbra de un rellano. Un beso que tal vez fue la pequeña chispa que me hizo
sentir el incendio que hoy siento por ti, el comienzo de que hoy me sienta tan a gusto a tu
lado, olvidando prácticamente por completo que ayer… no se qué pasó ayer, solo
sé que hoy he vuelto a estar tan cómodo como siempre contigo, tan a gusto y tan pegado a ti, en un día que, en el fondo, siento que es especial.
0 comentarios:
Publicar un comentario