martes, 30 de octubre de 2012

Despertar de un sueño para... seguir viviéndolo

Sonó el despertador, quería estar más tiempo en la cama, de modo queme dí la vuelta y me cubrí con la manta hasta la cabeza. Mi cama estaba fría, las sabanas parecían hielo y apenas me había dado cuenta de cuando esto había cambiado. Cada vez que me había girado en la cama estos últimos días me había topado contigo, con tus labios y tu cuerpo desnudo bajo las sabanas, antes nunca frías, pero hoy no tenían tu calor. Me podía mover a mi anchas en la cama, pero al verla vacía me encontraba del mismo modo, vacío. Notaba que me faltaba algo a lo que me había llegado a acostumbrar, verte, reír contigo y sentir tu cuerpo caliente y dulce cuando el frío de la habitación y el cariño que tenía me impulsaban a abrazarte, a sentir tu piel suave cerca de la mía. Sólo de pensar en ello se hacía un nudo en mi garganta y me daba cuenta de lo fuertes que serían los abrazos de dártelos en este instante en el que me daba cuenta de lo mucho que los echaba en falta y de cuanto me gustaban.
Volvió a sonar el despertador. Tenía que irme o no llegaría a tiempo. Tenía que despertarme de una vez del sueño que había sido estar tanto tiempo contigo. Sonriendo por ello, pero con el pecho y la garganta ardiendo de pensar que aquello no durase aún. Aunque, todo se ve con otros ojos después de pasar un fin de semana así.

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