No me importaría en absoluto abrazarte y que terminases quedándote
dormida en mis brazos. Pero al fin y al cabo sentirte cerca y desahogar esas
ganas que me invaden, de transmitirte todo lo que siento sin poner ninguna
palabra en mi boca, simplemente mirarte fijamente con cara de bobo y abrazarte
con todas mis fuerzas. No me importaría tenerte acurrucada sobre mis piernas
mientras estamos juntos y, de cuando en cuando, buscar un instante en el que
dejar libre una de mis manos para acariciar tu piel, mientras con la otra me
basto para seguir abrazándote. Hacerte sentir tan cómodamente como yo me
encuentro a tu lado, relajarte con suaves caricias y que poco a poco quedes
casi dormida mientras yo, con cara de felicidad, sigo mirándote y preguntándome
que es lo que me has dado para hacerme sentir de este modo.
0 comentarios:
Publicar un comentario