viernes, 2 de noviembre de 2012

Hasta que quedases dormida

No me importaría en absoluto abrazarte y que terminases quedándote dormida en mis brazos. Pero al fin y al cabo sentirte cerca y desahogar esas ganas que me invaden, de transmitirte todo lo que siento sin poner ninguna palabra en mi boca, simplemente mirarte fijamente con cara de bobo y abrazarte con todas mis fuerzas. No me importaría tenerte acurrucada sobre mis piernas mientras estamos juntos y, de cuando en cuando, buscar un instante en el que dejar libre una de mis manos para acariciar tu piel, mientras con la otra me basto para seguir abrazándote. Hacerte sentir tan cómodamente como yo me encuentro a tu lado, relajarte con suaves caricias y que poco a poco quedes casi dormida mientras yo, con cara de felicidad, sigo mirándote y preguntándome que es lo que me has dado para hacerme sentir de este modo. 

0 comentarios:

Publicar un comentario