viernes, 20 de abril de 2012

Libros

 Nadie me hubiera dicho que leería interesado un libro, que estaría dejándome encerrar por sus páginas y que estaría adentrándome y sumergiéndome en él. Algo que no creo que hubiera hecho por mi mismo. Algo que no me llenaba y que podía llegar a hacer solo por obligación. Pero es que en ocasiones encontramos motivaciones que nos animan. Ver en una persona que aprecias una luz de felicidad, unas ganas y una ilusión por una afición que le emociona, y en ese momento querer compartirla o al menos intentar hacerlo, que con el tiempo  te des cuenta que tu también disfrutas de esa afición y que incluso has encontrado en ella datos que te recuerden a esa misma persona, rasgos, conversaciones y definiciones que te hacen pensar en momentos con ella.
En ocasiones podemos mirar en nosotros mismos y encontrar en cada una de nuestros pasatiempos una persona, mirar y descubrir que no todo ha sido formado solo por uno mismo, que tal vez en un tiempo vuelva a coger un libro y me vuelva a acordar, por este motivo, de quien me impulsó a leer, y que tal vez un día escribiendo caiga en la idea de que también es una afición escribir aquí, y que de nuevo, vuelva a pensar en ti.

0 comentarios:

Publicar un comentario