miércoles, 25 de julio de 2012

Tormentas de verano

Aquella misma tarde descansaba en mi casa después de haber estado contigo. Junto a la ventana, como tantas veces, miraba a la calle, con la vista perdida y la mente en las nubles. Nubes que se vestían poco a poco color ceniza y venían acompañadas de un aire empapado del aroma a tierra húmeda. El asfalto gris se vestía de lunares que iban desapareciendo dejando una calle que brillaba con la poca claridad que le quedaba al día. Entonces me acordé de ti de nuevo, de aquel momento en que te dije hace casi un año que cuando viera las primeras gotas de lluvia en mi ventana después de unos cuantos días de verano te llamaría, hablaría contigo solo por demostrarte que me había acordado de ti. No solo lo hice esa vez, sino que hoy me ha vuelto a suceder, he vuelto a ver llover y me he acordado de ti, deseando estar contigo oyendo las gotas caer. Cada vez son más las razones por las que me gusta la lluvia...

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