miércoles, 26 de septiembre de 2012
Muchas gracias
Lo cierto es que me has vuelto a regalar una sonrisa.Has sido lo mejor hasta ahora desde el momento en el que me desperté esta fría mañana, y, cuando escribí esto, aun me quedaba día contigo. Me quedaba una tarde divertida por delante, a tu lado, y una noche mejor aun. Por cosas así son especiales días como hoy, por tener gente como tu, que me haces sonreír. Por esos momentos en los que falta poco para llorar de emoción mientras sonríes por culpa de que me hagas recordar mediante una carta lo bonito que es haberte conocido y pasar este tiempo contigo, y descubrir que los dos lo sentimos igual. Por ese momento tan especial de abrir tu regalo y que me guste, no por lo que es en sí, sino por ser tuyo y por saber que es especial. Que aunque pueda ser simple siempre tendrá un significado especial que sólo conoceremos tu y yo, y que recordaré siempre que lo mire. Gracias por estos momento de felicidad que me das y por ser tan especial.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Cerrando los ojos
Me abordaron espontáneamente unas ganas tremendas de darte
un beso en la cara. Suave, dulce y tierna. Notando como mis labios se hunden
suavemente en tu mejilla y sintiendo la caricia de tu piel en ellos. Experimentar
de nuevo el abrazo de tu perfume de vainilla mientras cierro los ojos y me dejo
llevar, al igual que lo hago en este momento, mientras vislumbro esta situación
deseosamente a la vez que dejo que mis dedos anden sobre las teclas. Deslizar
mis manos suavemente desde tu espalda por tu cintura hasta terminar abrazándote
dulcemente, con mis entrelazadas en tu vientre y, que tras tu mejilla, mis
labios recorran suavemente ese camino que lleva a tu cuello. Besarte en la
espalda y apoyarme placenteramente en tu hombro mientras te susurro al oído lo mucho que te quiero.
viernes, 21 de septiembre de 2012
Verte al despertar
Dormí poco, pero lo hice a tu lado y aquello me resultaba
suficiente. Me abordaron mas sueños que nunca, con la diferencia de que esta
vez no recuerdo haber soñado contigo. Puede que fuera casualidad o tal vez es
que ya era suficiente sueño el girar mi cabeza y verte a mi lado. Me encantaba
poder ponerme frente a ti y besarte mientras permanecíamos tumbados, poder
rodearte con mi brazo a media noche tu cuerpo desnudo, tapado simplemente con
una suave sábana o que tú misma me cogieses la mano para que lo hiciera. Pero,
sin duda, lo que se llevaba la palma era poder sentirte tumbada sobre mi pecho,
notarte tan cerca, piel con piel, hasta poder sentir las pulsaciones el uno del
otro y despertar a tu lado, pasando la mañana junto a ti. Horas después, ya sin
ti a mi lado, me hace sonreír el recuerdo de haber recorrido tu cuerpo con
besos esta mañana, y que fruto de la casualidad, pudiese escuchase de fondo, procedente de algún otro lugar I don´t wanna miss a thing.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Los Donuts son mas dulces con tus besos
Desde el comienzo de la tarde puede estar contigo de una
forma u otra y me agradó hacerlo. La merienda me sabía mejor que nunca antes,
los donuts más dulces y el Colacao más puro. Escondíamos nuestros besos, pero
aún así conservaban todo su encanto y además una pizca de emoción.
Pasear más tarde contigo me agradó tanto como siempre.
Sentirme tan cómodo y reír de la forma que solo puedo contigo. Más besos, esta vez
a solas, y los abrazos que no te había dado en toda la tarde cerraron el día.
Desde tu despedida no dejé de pensar en ti y en que no nos deberíamos haber dicho
adiós esta noche. Caí en un sueño profundo al poco tiempo de tumbarme en la
cama, pero, avanzada la noche, me
desvelé repentinamente. Al girar en la cama buscando acomodarme de nuevo
descubrí el olor de tu perfume en mi almohada y con él vino a mi mente la
visión de ti tumbada sobre mi cama horas antes. Aquella imagen me ayudó a
conciliar el sueño plácidamente y se mantuvo mi mente hasta el amanecer. Al
empezar de nuevo el día solo quería volverte a ver y estar contigo para oler de nuevo tu piel y hallar en
ella el perfume que al despertarme se había evaporado haciendo que lo echase de
menos.
martes, 18 de septiembre de 2012
La hora de la siesta
Las calles continuaban cálidas, aunque no tanto como días
atrás. Empezaba una nueva semana, pero algo hacia que no me ilusionara en exceso
a pesar de significara más días por delante para estar contigo. Salí a la calle
apresurado, aquella mañana apenas había hablado contigo y prácticamente
aproveché hasta el último segundo del que disponía para hablar un poco contigo.
Debí andar rápido porque en poco tiempo me planté en el edificio, algo impuntual,
pero lo suficientemente a tiempo como para tomar asiento sin que nadie se
percatara de mi tardanza. La monotonía de la voz que explicaba y la poca
necesidad de prestarle atención a aquellas horas me aburría enormemente dando
así libertad a que me distrajera con facilidad pensando en cualquier cosa, en
este caso en ti. Poder hablar contigo en ese instante e incluso haberte visto.
Y es que no consigo sacarte de mi mente y menos aún en un momento como este en
el que me gustaría distraerme hablando y riendo contigo en lugar de tener que
aguantar las horas que restan a esta tarde aburrido.
domingo, 16 de septiembre de 2012
La segunda mejor forma de dormir
Duermo mucho mejor después de haberte besado.
Recuerdo
llegar a mi habitación tras haber estado contigo. Acurrucarme en la cama plácidamente
con una sonrisa en mi boca. El sabor dulce de tus labios aún en los míos, y éstos permaneciendo aún levemente humedecidos tras haber estado jugando con los
tuyos, con tu piel y con tu lengua. El olor de tu perfume impregnando mi ropa, empapando el aire a todo mí alrededor y
haciendo de mi cama el lugar más confortable posible en ese instante. Duermo
mucho mejor esos días en los que mi mente se pierde durante toda la noche, sumida
en una profunda sonrisa, tumbándome felizmente en la cama y pensando solamente en
ti.
Hoy no tendré esa sensación, pero oír tu voz antes de
dormir es suficiente para que no deje de sonreír, para que no deje ni un instante de pensar que la mejor noche es la que paso junto a ti.
viernes, 14 de septiembre de 2012
Los sueños que no tuve
Han pasado rápido los días de esta primera semana que tanto había codiciado. Ha
transcurrido enseñándome día tras día que las cosas nunca terminan saliendo del
modo que las imaginas y anhelas durante tanto tiempo. Estar cerca de ti no se
ha parecido demasiado a los sueños que durante todo el verano tuve despierto.
¿Qué importa? si he estado contigo, lo imaginase o no de ese
modo. He estado a tu lado un tiempo por el que hubiera hecho lo que sea hace no
más de un mes, un tiempo que recordándolo en este instante no veo por qué no ha
de hacerme sonreír. Y eso es suficiente. Importa más lo cómodo que me he
sentido contigo. Y lo que si he tenido oportunidad de hacer es abrazarte como hacía
tiempo que deseaba hacerlo y recuperar el sabor de esos labios que tantas
noches he intentado recordar inútilmente. Hay cosas más hermosas que los
sueños, tu.
martes, 11 de septiembre de 2012
Las noches infinitas
Son las 2 de la madrugada y no consigo conciliar el sueño. Desde que me acosté doy vueltas en la cama, recorriéndola
de esquina a esquina y maltratando la almohada intentando colocarla en una
posición confortable. Quiero dormir y que llegue pronto mañana, pero no puedo.
Me encuentro como un niño de 3 años nervioso por su primer día de colegio o, algo
que aún me es más cercano, como un jugador de baloncesto el día antes de un
partido importante. Deseo tanto que llegue ya mañana y que por fin nos juntásemos
los dos de nuevo que los nervios me impiden cerrar los ojos. Llevo todo el día
dando vueltas y se, que tarde o temprano, caeré agotado, pero no por conciencia
propia. Quiero desfallecer ya y encontrarme con que ya es de día, con que
queda muy poco tiempo para volver a verte.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Al menos pasa el día
Llevo algunos días levantándome tarde. Aguanto en la cama
hasta encontrarme prácticamente desperezado. Me despierto sin prestar
prácticamente atención al ordenador hasta bien avanzada la mañana. Sé que tú no
estarás al otro lado. Dejo transcurrir las horas envolviéndome en un libro y,
al terminar el día, acabo sorprendiéndome por lo mucho que avanzo ahora que no
estás... demasiado, porque no me da tiempo a compartir mi impresión contigo.
Contarte lo mucho que me disgusta o gusta lo que en él ocurre. Intento recordar
todo, pero son muchas las cosas, aunque aguardo con muchas ganas el momento de contártelas
todas. El tiempo se me hace más llevadero y prácticamente sin darme cuenta cae la
noche dando lugar a que me vaya a esperar que pase otro día, aunque no sea tan
tarde como acostumbro cuando hablo contigo. Pasan las hojas que no te he podido
contar, pero te las contaré en cuanto podamos, porque parte del encanto que
tiene leerlo es poder compartirlo contigo.
domingo, 9 de septiembre de 2012
El por qué de mi sonrisa al ver tu foto
Miro tras la pantalla como tu figura se dibuja bajo un
vestido. Me encantaría cogerte en ese instante y poder rodear tu cintura. Cogerte
de la mano para hacerte girar y poder observar con detalle cada centímetro de
ti, lo bien que te queda cada vestido. Me encanta tu cara y ver lo preciosa que
me resulta cada día, lo guapa que estás. Da igual que hayan pasado 3
días o 3 meses desde la última vez que pude estar contigo porque me sigues provocando
la misma sensación, el mismo deseo de abrazarte y besarte. Solo pienso en poder
verte un día así conmigo, poder cumplir esto que digo y que tú misma puedas comprobar por mi cara que lo que te digo es cierto. No puedo inventarme la mirada que
dedicaría a tu cuerpo por minutos ni esa alegría que me iba a producir acercarme
a ti estando tan atractiva. Las palabras se me quedan cortas cuando me siento
así, pero cada día me gustas más y tengo más ganas de estar contigo.
viernes, 7 de septiembre de 2012
Tumbados
Son muchas las ganas de poder tumbarme junto a ti en la cama
o en otro lugar. Acurrucarme a tu lado sin dejar en ningún momento de mirarte a
los ojos. Acercarme tanto a ti de tal forma que con un simple gesto podamos besarnos
mientras la punta de nuestras narices se rozan. Que uses mi brazo del almohada mientras te observo con cariño. Darte la mano y rodear
levemente tu cintura con mi brazo hasta terminar deslizándolo para acariciar tu
espalda y el resto de tu piel.
Imagino mi sonrisa en aquellos momentos tumbado con forma de 'C', al igual que la tengo ahora mientras imagino en mi cama que estás a mi lado.
Te veo perfectamente haciéndome reír, sonriendo junto a mí pasando la tarde, el
día o el tiempo que haga falta juntos, pero tan bien como siempre, consiguiendo
sacarme esa felicidad que siempre tengo contigo.
jueves, 6 de septiembre de 2012
Lo que dura una sonrisa
Quiero estar contigo, al menos, lo que dura una sonrisa.
He comenzado el día con la misma cara de felicidad con que lo terminé ayer. Me he despertado en mi cama completamente agotado. Todos mis músculos estaban exhaustos y solo veía una razón, haber reído tanto contigo. Llevo todo el día con una sonrisa en la cara y con cada palabra que cruzo contigo, aunque hoy no te pueda ver, ésta aumenta. Permanezco hipnotizado por tu encanto, por tu dulzura, por el tono de tu voz, porque me haces enrojecer como nadie y disfrutar como un niño. Ya hemos dejado de hablar y nos hemos despedido por hoy y aún, mientras escribo esto, me dura una sonrisa tímida al pensar en ti que frase a frase está aumentando, dibujándose prácticamente por toda mi cara. Creo que no es algo normal, al contrario, lo veo muy especial y que solo tú me das, y en este instante tengo la dulce sensación de que esta felicidad y está sonrisa permanecerán, al menos, hasta mañana y se que sería mucho más tiempo si estuviera a tu lado.
He comenzado el día con la misma cara de felicidad con que lo terminé ayer. Me he despertado en mi cama completamente agotado. Todos mis músculos estaban exhaustos y solo veía una razón, haber reído tanto contigo. Llevo todo el día con una sonrisa en la cara y con cada palabra que cruzo contigo, aunque hoy no te pueda ver, ésta aumenta. Permanezco hipnotizado por tu encanto, por tu dulzura, por el tono de tu voz, porque me haces enrojecer como nadie y disfrutar como un niño. Ya hemos dejado de hablar y nos hemos despedido por hoy y aún, mientras escribo esto, me dura una sonrisa tímida al pensar en ti que frase a frase está aumentando, dibujándose prácticamente por toda mi cara. Creo que no es algo normal, al contrario, lo veo muy especial y que solo tú me das, y en este instante tengo la dulce sensación de que esta felicidad y está sonrisa permanecerán, al menos, hasta mañana y se que sería mucho más tiempo si estuviera a tu lado.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
No se describir la sensación que tengo tras verte
Cuanto tiempo sin verte.
Tu cara se me antojaba más dulce que nunca. En todo este tiempo casi se me había olvidado como brillaban tus ojos vistos desde cerca. Casi llegué a pensar que, sueño tras sueño, te había ido idealizando, pero al verte me di cuenta de que aquello no había ocurrido en absoluto. Me resultaste preciosa, más aún de lo que recordaba. Tus ojos, tus labios, tus mejillas, tu cuerpo, tu perfume… ¿cómo no abrazarte y sentir cerca cada vértice de tu cuerpo? y ¿cómo no besarte en tu suave cara o en tus dulces labios? Me encanta ver después de cada parpadeo tu sonrisa, tus ojos fijos en los míos o cerrados dulcemente, tenerte frente a mí, tan cerca, y estar tan cómodo contigo. No recordaba lo sencillo que se vuelve todo estando a tu lado mirándote, ni lo realmente agradable que es. Sólo suprimiría el momento en el que te me tengo que separar de ti y lo mal que me siento por ello, pero no puedo pedir un mejor día contigo y, de vuelta a casa, solo tengo ganas de mas, ganas de estar contigo aun y de volver a repetir pronto pero la próxima vez más tiempo.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Al fin mañana
Me gustaría decir que este verano se me ha pasado volando, que prácticamente sin darme cuenta me he encontrado con que ya era septiembre y que tanto julio como agosto pasaron fugaces este año pero no ha sido así. Envidio a los que insinúan un verano corto pero lo real es que para mí los días se han alargado hasta hacerse interminables. Me dedicaba a llenar mi mente con tus palabras escritas, intentando entretenerme de forma que los inagotables días se pasasen rápido, intentando no notarlos. Nunca hubiera pensado años atrás que hoy me encontraría alegrándome de que al fin haya llegado septiembre tras un verano tan largo. Tras un verano en el que mi única forma de verte era cerrando los ojos. Unos ojos a los que costará cerrarse esta noche nerviosos por saber que pronto podrán verte, ansiosos porque pase esta noche y llegue mañana.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Más libros
Hace unos meses alguien me empujó a coger un libro, a leerlo
tranquilamente a la par que ella, comentar hoja a hoja su contenido, lo más
interesante de cada parte y lo que más impresión nos causaba. Me empujó a
adentrarme en él y a que me gustase hacerlo como me gustaban el resto de cosas
que hacía junto a ella. Aquello fue casi una primera vez. No hubiera cogido
antes un libro de cierto grosor sin huir de él despavorido, temeroso por el
tiempo que me supondría terminarlo, prefería perderlo en cualquier otra cosa
que me resultase menos costosa. No he terminado aún la historia que me embarga
en este momento, pero sí he terminado alguna otra que tampoco creo que hubiera
aventurado a leer sino hubiera sido por ese empujón, y tan sólo la parte que
llevo leído de este libro ya es mayor que ninguna que me hubiera leído antes de
aquello. Es cierto que los libros te atrapan, según avanzas en sus páginas te
adentran más y más en su historia pudiéndola vislumbrar claramente, haciendo
volar tu imaginación, pero también pienso que a mí fue una persona la que me
envolvió en las páginas de un libro y ahora cada página que recorro leyendo la
paso pensando en ella, pensando en cuando quisiste empezar aquel libro junto a
mí y poco a poco me metiste dentro de él aprovechando mi interés por ti.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)