Un puño apretó mi corazón
al salir por tu puerta, habiendo esperado mas, habiendo querido mas, pero en el
fondo siendo incapaz de hacerlo yo mismo, inmóvil por orgullo y por tristeza,
con la mirada vacía y las ganas de estar contigo acumuladas en un saco que hoy rebosa. En el que esta noche posiblemente no quepan más ganas y, desbordado, eche de menos
el tiempo que desaproveché a solas contigo, lo mucho que me gustaría haber podido sentirme
cercano a ti, pensando igual, sintiendo lo que tu como otras veces sí habíamos hecho,
dichoso de tus palabras, de estar contigo, de haberte conocido. Queriéndote, queriéndote
y simple y solamente queriéndote.
viernes, 30 de noviembre de 2012
La lejanía estando tan cerca
Pasó la tarde completa, con desánimo, sin cercanía. Estar a
tu lado y, sin embargo, estar distantes. La televisión se oía por encima de
nuestros besos, de nuestras palabras, sólo por debajo de mis pensamientos, tan
perdidos como nuestra cercanía hoy. Era inimaginable todo lo que en mi interior
sufría sabiendo que, en el fondo, echaría en falta unos instantes como aquellos, un
momento como el que hoy teníamos presente. Me entristece pensar que, aun siendo
así, nada más cruzar la puerta ya te comencé a echar de menos. Desde entonces
he pasado cada segundo anhelando estar a solas contigo, simplemente sonriendo y
disfrutando de tu sonrisa como mis pensamientos no me habían dejado hacerlo, simplemente
permaneciendo a tu lado mirando lo asombrosa que me pareces.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Acurrucado en el calor de imaginarnos
Desde aquí sentado, mientras escribo, puedo oír el piqueteo
de las gotas de lluvia en el frío asfalto. Se escuchan a la perfección las
ruedas de los coches rompiendo la fina capa de agua mientras se deslizan sobre
ella salpicando las aceras por donde los transeúntes se apresuran evitando la
tormenta. Escribo con el absoluto deseo de tumbarme junto a ti con este sonido
de fondo. Abrazarnos fuertemente bajo las mantas, escabulléndonos del frío
invernal que se ha presentado súbitamente. Pasar la tarde escuchando tronar
asustados como niños y permanecer durante segundos inmóviles bajo el calor de
nuestros alientos, esperando el estruendo tras el último relámpago. Imagino cerrar
los ojos relajadamente con tu cabeza apoyada en mi pecho, sintiendo el
hormigueo de tu pelo y tu respiración en mi tripa, quedándome plácidamente
dormido, sin apenas darme tiempo de articular un “hasta mañana amor”.
lunes, 26 de noviembre de 2012
Anhelo despierto
No pasan los días en vano, cada uno sin ti se me hace más
pesado que el anterior y el más mínimo instante que puedo estar contigo es un
claro entre las aburridas y grises nubes de un día de otoño. Lo cierto es que saber que voy a verte me
alegra un poco los días, me da algo de ilusión, me borra ese aburrimiento monótono
del día a día sin ti, sin estar contigo, simplemente esperando que llegue el
momento en que podamos vernos, pero esa espera es eterna. A penas es media
tarde y el día me parece infinito, a pesar de haber estado contigo, de haberte
visto un segundo, pero supongo que quiero más, que los minutos sean horas y, ¿por
qué no?, días. Espero soñando despierto el momento en el que pueda ser así.
viernes, 23 de noviembre de 2012
La mala pasada de un reflejo
Vuelvo a casa de madrugada, la calle está vacía y silenciosa, a estas horas, tal día como hoy la ciudad está desierta exceptuando un coche patrulla que pasea ritmo lento por la calle, reflejando su luz añil en los escaparates y ventanas.
El frío de la noche campa a sus anchas sin nadie que pueda interponerse en su camino, dejando notar su aliento en las lunas de los coches cuidadosamente aparcados en las aceras.
Me dirijo solo a casa, deambulando por la calle, a lo lejos comienzo a oír unos pasos que en principio me aterraron, pero poco a poco me fui acostumbrando a ellos. Un chico joven andaba al igual que yo, presuroso, cobijándose del frío en su abrigo y cruzando su mirada conmigo temeroso de que le fuera devuelta. Me preguntaba cuánto tiempo no habría sido yo aquel muchacho ¿Cuál sería su razón?¿Por qué andaba a estas horas por la calle? ¿Cuál sería su historia? Me preguntaba si sería como yo, si tendría la misma suerte de querer a una persona tanto como para amarla a escondidas. Me preguntaba si huía al igual que yo de la vista de todo aquel que le conociera. Me preguntaba que pensaba.
Llegue a casa y abrí la puerta con cuidado de que nadie me oyese, intentando ocultar de nuevo lo que por un momento me sentía libre de expresar a aquel desconocido, a aquel muchacho con el que me sentí identificado, aquel reflejo de mí en el espejo del recibidor.
El frío de la noche campa a sus anchas sin nadie que pueda interponerse en su camino, dejando notar su aliento en las lunas de los coches cuidadosamente aparcados en las aceras.
Me dirijo solo a casa, deambulando por la calle, a lo lejos comienzo a oír unos pasos que en principio me aterraron, pero poco a poco me fui acostumbrando a ellos. Un chico joven andaba al igual que yo, presuroso, cobijándose del frío en su abrigo y cruzando su mirada conmigo temeroso de que le fuera devuelta. Me preguntaba cuánto tiempo no habría sido yo aquel muchacho ¿Cuál sería su razón?¿Por qué andaba a estas horas por la calle? ¿Cuál sería su historia? Me preguntaba si sería como yo, si tendría la misma suerte de querer a una persona tanto como para amarla a escondidas. Me preguntaba si huía al igual que yo de la vista de todo aquel que le conociera. Me preguntaba que pensaba.
Llegue a casa y abrí la puerta con cuidado de que nadie me oyese, intentando ocultar de nuevo lo que por un momento me sentía libre de expresar a aquel desconocido, a aquel muchacho con el que me sentí identificado, aquel reflejo de mí en el espejo del recibidor.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Esta noche
Prácticamente ha volado ya una semana más. Es jueves y la noche se echa poco a poco encima. Tus dulces besos y tus suaves mejillas me han dejado alelado y con ganas de mas tiempo a tu lado, de disfrutar algo más de ti. Paso, desde que te he dejado, cada segundo esperando que una voz me diga que esta noche podré verte, que esta noche me cruzaré contigo y caeré una vez más en en esa magia con la que me hechizas. Poder ver a esa princesa vestida de fiesta, esa que tan difícil me resulta encontrar, pero que cuando lo hago me enamora una y otra vez. Poder verte a ti, poder disfrutar de tu cuerpo y tu sonrisa, de lo mejor de ti. Y, una vez más, poder acostarme tarde soñando lo preciosa que eres. Soñando que veré de nuevo a mi princesa mañana.
martes, 20 de noviembre de 2012
En compañía de tu sonrisa
Que gusto da abrazarte, besarte y estar contigo, sacar un
segundo para cualquier cosa. No sabes hasta que punto me invade la alegría al ver tu sonrisa entrecomillada
por tus hoyuelos, esos que un beso tras otro no me cansaría nunca de besar,
nunca. Tan suave, tan tierna… adoro recorrerte con mis labios, sentir tus
mejillas y rodearlas sin cesar, juntarlas con las mías. Sentir el resto de tu
piel, sentirte a ti y decirte sin palabras que te quiero como a nada y que, a
tu lado, todo es especial, todo es diferente. Pasear a tu lado y, en definitiva, cada segundo contigo. Todo me hace más feliz si está
acompañado de tu sonrisa, acompañado de ti.
viernes, 16 de noviembre de 2012
Cuestión de segundos
Te di un beso, fue entonces cuando sonó el chirrido de las
bisagras de la puerta del ascensor. Corrimos a la habitación y cerramos la
puerta tras nosotros. Tenía el pulso acelerado, me decías que temblabas, me
asaltaba una risa nerviosa casi incontrolable mientras esperaba jadeante tras
la puerta, no sabía si por la presurosa huida o los instantes que la habían
precedido.
Al poco tiempo se oyó como las pisadas que nos habían sorprendido
se alejaban hasta perderse tras el ruido de una puerta. Todo volvía a
encontrarse tranquilo y, poco a poco, recuperamos la calma y la intimidad. Pudimos ser descubiertos, fue cuestión de segundos, de suerte, pero ahora que ya ha pasado no puedo evitar sonreír recordándolo, no puedo evitar reconocer
que, en el fondo, me gusta esa emoción, me gusta ese secreto, ese riesgo que me encanta correr. Aunque en
ocasiones desee que todo fuera más fácil, la realidad es que cada segundo es especial, que nada que merezca la pena es fácil y no conozco nada que la merezca mas que tu, que las historias no son buenas si no se te acelera el corazón, y ayer el mío estuvo a punto de salir disparado.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Hasta mañana
No puedes acostumbrarme tan mal. He perdido el sueño, estoy
frente al ordenador recorriendo páginas sin fijarme en ellas, en este preciso instante
escribiendo, aunque no directamente a ti, no como me gustaría hacer. Me quejaba
de que no verte era malo, pero pensándolo mejor, lo malo sería que también no
escribirte, no hablar contigo el tiempo que lo hago. Me falta algo y no se irme
a dormir sin ello, se me hace temprano, no me aborda el sueño, necesito tus
palabras para poder conciliarlo, necesito escribirte buenas noches y que las
horas hayan avanzado sin darme apenas cuenta de lo poco que falta para que
salga el sol. Cerraré los ojos y pensaré que mañana hablaré contigo, que me
acostaré mejor que hoy que a pesar de habernos visto, no hemos podido escribirnos y
apenas oírnos antes de ir a dormir. Te escribo aquí hasta mañana porque no se acostarme sin haberlo hecho.
domingo, 11 de noviembre de 2012
Miedos y contrastes
Parece mentira el contraste que encuentro entre los viernes y los días posteriores. Cómo los primeros pueden ser el mejor de los sueños mientras que el siguiente, sin embargo, puede convertirse en el más crudo de los despertares. Volver a la realidad a bofetadas, ser consciente de golpe de lo mucho que puede interponerse entre los dos. Lo que más me importa y más miedo me da de todo no es sino la posibilidad de que cualquiera de esos baches me puedan alejar de ti, de no poder estar contigo, de tener que estar separados, de que con todo lo que me ha costado y lo mucho que me gusta estar a tu lado algo nos separe. No quiero que nada me impida disfrutar de lo que tanto tiempo me ha llevado conocer, de esa persona que solo se conoce una vez. No quiero, porque deseo quererte como te quiero y poder estar contigo más tiempo aun, porque a tu lado todo se torna diferente, todo se disfraza, todo lo que me rodea se olvida y es el único momento en el que soy realmente feliz. No quiero perderte porque te necesito, porque quiero hacer realidad todo lo que he soñado y todo lo que me queda por soñar.
Sólo puedo pasar estos tragos queriéndote cada día que pasa con
toda la fuerza posible, disfrutando a tu lado siempre que pueda, dándome cuenta
antes de perderlo de lo mucho que recibo de ti, de todo lo que me aportas y apreciarlo
como se puede apreciar la mayor de las riquezas. No concibo perderte, no
concibo perder esa felicidad que me das. Se me humedecen los ojos solo de
pensarlo y, como siempre, solo tú eres capaz de secármelos, ¿cómo puedo así no quererte?
sábado, 10 de noviembre de 2012
Cuando corro para alejarme
Y una vez sentado me pregunté de qué servía tanta carrera, por qué esas prisas por llegar si lo que realmente quería era no moverme de tu lado. Salí corriendo de tu casa sin apenas saborear el último beso que te di. Me apresuraba bajo la lluvia con la maleta a cuestas para no perder un autobús que, pensándolo bien, lo único que hace es arrancarme de tu lado. Mirando desde la ventanilla la lluvia pensaba en las ganas de seguir a tu lado, de, sin preocupación alguna, pasar horas y horas contigo, sin correr, sin mirar el reloj, solo mirándote constantemente a ti, tu cuerpo, tu cara, tu pelo… lo mucho que me doy cuenta que me gustas, me atraes y, por decirlo de algún modo, me enciendes. Pensaba en una fecha concreta en la que mejorar ese fin de semana que ya echaba de nuevo de menos.
jueves, 8 de noviembre de 2012
Léelo cuando no esté esta tarde
Me voy a acordar muchísimo de ti. Esta tarde teníamos que estar juntos, o al menos saber que nos vamos a encontrar, y vamos a terminar viéndonos y estando el uno con el otro. Sé que te voy a echar de menos, y mucho más hoy que tengo ganas de mimarte y hacerte sentir bien. Quiero que el día termine pronto, que llegue rápido mañana y, cuanto antes, estar contigo, abrazado a ti y tu acurrucada en mi, mirándote a la cara y llenándola de besos. Aunque ahora… no sé si esto pase, pero esta noche, cuando me acueste, voy a soñar que sea así, que voy a estar mañana contigo aunque sea un rato. Voy a dormir pensando solamente en verte, exactamente igual que haré esta tarde.
martes, 6 de noviembre de 2012
Breves, pero geniales
No alcanzo nunca a entender porque los instantes a tu lado
se me hacen tan perfectos. Un pequeño rato ayer, verte por la mañana, un café
por la tarde… cambian por completo la percepción que tenga hasta entonces de
ese día, me lo alegras por completo. Me devuelves esa sensación agradable que
echo en falta los días que no te puedo ver. No pensé nunca que tan poco tiempo me
diera esa alegría. Parecía mentira, casi un sueño, pero era real, y me
encantaba que fuese así, que con solo verte me sintiera mejor. Ahora lo único
que deseo es tener otro de esos instantes a tu lado, pero mucho más largo, y, a
poder ser, más solos.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Noches de lluvia
Las gotas de agua golpeaban mi persiana. El sonido relajante
de la lluvia atravesaba la ventana y las sabanas llegando hasta mis oídos. Cerraba
los ojos rebosante de placer, disfrutando estar acurrucado entre la ropa de mi
cama y pensando en aquella vez que pude vivir esa situación a tu lado,
arropándome del frío en tu cama, en tu cuerpo. Me reconfortaba oír el choque de
la lluvia en el suelo y las paredes, notar su humedad, oír el susurro del
viento acariciando las gotas, pero, sin embargo, permanecer bajo las cálidas
mantas hacía que me sintiera protegido de todo lo que cayese ahí fuera e, imaginando
a la vez estar contigo, cubrí mi cabeza hasta volverme a sumir en un profundo y
placentero sueño.
viernes, 2 de noviembre de 2012
Hasta que quedases dormida
No me importaría en absoluto abrazarte y que terminases quedándote
dormida en mis brazos. Pero al fin y al cabo sentirte cerca y desahogar esas
ganas que me invaden, de transmitirte todo lo que siento sin poner ninguna
palabra en mi boca, simplemente mirarte fijamente con cara de bobo y abrazarte
con todas mis fuerzas. No me importaría tenerte acurrucada sobre mis piernas
mientras estamos juntos y, de cuando en cuando, buscar un instante en el que
dejar libre una de mis manos para acariciar tu piel, mientras con la otra me
basto para seguir abrazándote. Hacerte sentir tan cómodamente como yo me
encuentro a tu lado, relajarte con suaves caricias y que poco a poco quedes
casi dormida mientras yo, con cara de felicidad, sigo mirándote y preguntándome
que es lo que me has dado para hacerme sentir de este modo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)