martes, 15 de mayo de 2012

Te equivocabas

Lo repetiste más de una vez durante aquellas largas conversaciones que no hacían nada más que comenzar. Amenizaban las tardes, nos entretenían y nos divertían. Recuerdo como dejaba escapar alguna vez que otra frases que mi imaginación creaba al pensar en ti. Desde el otro lado imaginaba la cara que pondrías, dulce, sonriente y algo vergonzosa. Fueron muchas las tardes que dejaba escapar aquellas palabras que decías que te ruborizaban. Incansable, mi imaginación pintaba en mi mente tu gesto en aquellos instantes. Te imaginaba cubriéndote por vergüenza, tapando una dulce sonrisa con tu mano, mientras con la otra sujetabas el ordenador. Siempre me dijiste que algún día me cansaría, que se me acabaría aquel repertorio de palabras bonitas que usaba para sonrojarte. Y, aunque eras tu la que me las inspiraba, yo nunca llegué a negar que tal vez sucediese así. Poco a poco cesaste en tu empeño de convencerme de que no podría decirte aquello siempre. Y hoy, no se por qué, me ha venido a la cabeza decirte que, hasta este preciso instante, te equivocabas.

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