domingo, 24 de junio de 2012

Mimos

Normalmente me encantaba  inundarte en elogios, pero aquella tarde me recorrían aun mas las ganas de hacerlo. Tu reacción a cada una de mis adulaciones provocaba dentro de mi pecho una sensación agradable. Una sensación que no hacía sino acrecentar mis ganas de devolverte toda tu ternura con mimos.  Según avanzaba la tarde y hablaba contigo mi afán por verte aumentaba y cada palabra que te decía era solo un sustitutivo de las caricias, abrazos y besos que te hubiera dado de haberte tenido delante.  En aquel momento solo tenía ganas de cubrirte con todo el cariño que te tenía de la forma que pudiera ser, pero las palabras no me bastaban para apaciguar el anhelo de verte y estar a tu lado, el cual se incrementaban con cada día que transcurría sin que pudiera disfrutar de tu compañía.

0 comentarios:

Publicar un comentario