viernes, 1 de junio de 2012

Acordándome de ti

El sol caía fuertemente sobre las calles aquella tarde, podría haber dicho que la temperatura de aquel día era casi veraniega de no haber sido porque en contadas ocasiones una brisa refrescaba el ambiente. La puerta de tu portal se cerraba tras de mi. Como tantas otras veces, me había costado un mundo despedirme de ti. Tantas veces giré sobre mí para volver a besarte antes de irme que ya había perdido la cuenta, pero es que no quería, sobre todo después de haber estado tan bien contigo todo ese tiempo. Con el cuerpo agotado enfilé la calle dirección a mi casa. Por mi mente volaban sin cesar imágenes de ti, imágenes de los dos abrazados. Las señales que me marcaba mi cuerpo no ayudaban a que aquello dejase de ocurrir, aunque yo tampoco deseaba que pasase. Aun llevaba tu piel grabada en la mía, señal de todos nuestros abrazos, mis labios descansaban hinchados aún con tu sabor en ellos, toda mi ropa desprendía tu olor y mi respiración no había relajado su ímpetu porque me hubiera separado de ti. Era imposible no recordarte durante todo lo que restaba de día porque cada vez que pestañeaba te podía ver tan firmemente en mi imaginación que apenas esperé a llegar a casa para regocijarme cerrando los ojos y poder así volver a verte, y nada más abrirlos buscar tu nombre en la agenda para decirte lo mucho que ya te echaba de menos.

0 comentarios:

Publicar un comentario