viernes, 28 de diciembre de 2012

Noches de cine


Palomitas en mano me senté en la butaca central de la sala, temprano como la mayoría de las veces, nunca me había gustado perderme los tráiler que preceden a las películas. En la mayoría de las ocasiones, antes de que empezara la película, ya había devorado el cartucho de palomitas. Nada transcurría fuera de lo normal, lo especial sucedió después.
 Pasó desde el segundo uno. Sabía que aquello que estaba viendo te habría encantado. Durante toda la película, pensé en ti, pensé en cada gesto, cada sensación. Cada segundo lo pasé pendiente de la película pero, también, pendiente de mi imaginación, de cómo te vislumbraba, del brillo de tus ojos con cada dulzura, con cada personaje, casi sabiendo a la perfección lo que dirías, como reaccionarias. Era tan bonita y tan dulce como tú. Me hubiera gustado verla contigo, me hubiera encantado tenerte a mi lado. La olvidaré entera solo para verla otra vez contigo princesa, para poder abrazarte con fuerza cuando termine.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Adiós amor

Son muchas las ocasiones en las que me duele pensar que esto se ha acabado, en las que me cuesta hacerme a la idea, pero poco a poco tus palabras, buenas o malas, directa o indirectamente, hacen que, más rápido de lo que esperaba, vaya asimilando todo y comprendiendo que nunca he sido para ti lo que yo había imaginado.
No sé como no lo había notado antes, pero ahora me doy cuenta de que no soy para ti todo lo que quisieras, ni mucho menos, a pesar de saber que yo no puedo hacer más y eso produce una sensación de impotencia inmensa. Pero tus actos me han dejado claro que en tu corazón siempre he partido con 9 años de desventaja, poco a poco noto donde me equivocaba contigo y donde te has equivocado tú conmigo. Aunque tardío, tú has sido mi amor de 15 años y yo no podré ser eso nunca para ti, al igual que nadie lo volverá a ser para mí. Siempre te querré más fuerte de lo que tú lo hayas hecho conmigo, siempre pensaré en ti y siempre permaneceré enamorado de tu sonrisa, eso algo que no puedo remediar. Siempre vivirás en mi mente, pero día a día vas desapareciendo de mi corazón. Espero que en algún lugar encuentres lo que buscas, que te den tanto como yo te hubiera dado y que seas feliz. Yo se que encontraré a una persona, no sé si parecida a ti, a la que pueda amar y que me haga sentir especial, que me haga sentir su todo, que me haga sentir único.
Adiós mi amor de 15 años. 

domingo, 23 de diciembre de 2012

89.0 RadioTu

Las líneas de la carretera pasan verticales ante mí, monótonas y aburridas mientras conduzco. Ninguno de los discos funciona, parecen haberse quedado helados con el frío de estos días. Solo la radio da señales de vida, eso cuando no se distorsiona apagando las palabras en un molesto zumbido. Pero cada cadena sintonizada es peor, es sorprendente como las canciones son tú, como todas tienen frases que tienen algo que ver conmigo, como si congregadas se hubiesen propuesto recordarme las cosas en las que he decido no pensar. Cada una daba paso a otra que resultaba, sorprendentemente, más cercana, cada letra que antes había obviado o tarareado sin pensar ahora se volvía en mi contra, me recordaban demasiado a ti y a ratos contigo, me recordaban demasiado a todos y cada uno de mis pensamientos. No podía oír más lo que sonaba. Mejor cambiar de frecuencia. Mejor pensar en otra cosa.

viernes, 21 de diciembre de 2012

No me dejes nunca

No hay luz de momento, aunque la gente dice que saldrá el sol tarde o temprano. La luz será cálida y acogedora, pero, de momento, tras este camino infinito que separa tu mundo del mío, solo hay oscuridad y un horizonte que llega hasta donde me puede alcanzar la vista. Un infinito al que tengo miedo por ser desconocido, por no saber que podré encontrar, por o saber si habrá alguna vez un lugar como en el que estado. Miedo a que se vuelva a repetir la historia, a que el horizonte se haga eterno y no encuentre a nadie en él. Miedo a la soledad. Una oscuridad en la que necesito tu abrazo, en la que, aunque sea de otro modo permanezcas a mi lado y yo al tuyo. El miedo se acrecienta si no te puedo ver, si avanzado el camino nos separamos, si pienso que puede haber algún día en el que deje de saber de ti, en el que solo me quede tu recuerdo, en el que de saber de tus abrazos, porque hoy te quiero, y sé que de una forma u otra eso nunca va a cambiar a lo largo del camino, pero no quiero que tu dejes de hacerlo, que perdamos el contacto en el camino y nos separemos. De una forma poco común eres una mitad para mí, y siento que ahora es mucho más fácil que se pierda esa sensación, que desaparezca en la nada. Porque sin ti no hay Oz, porque tú eres mi Oz.


jueves, 20 de diciembre de 2012

Sentado a tu lado


No sabes las ganas de darte un beso que me recorren de pies a cabeza cuando estoy a tu lado. No sabes cuánto me tengo que contener, ni cuan inmensos son los impulsos que si dejara libres se abalanzarían sobre ti. Si solo de mí dependiera no dejaría de darte besos, no dejaría de quererte, pasaría el tiempo abrazado a ti en lugar de permanecer a tu lado cruzado de brazos, creando una barrera que no salgan los deseos que guardo, reprimiendo prácticamente todo lo que siento por ti. Sólo una brizna que en el fondo de mi siento que se queda corta, que quiero y necesito más y no lo tengo, no puedo tenerlo, y no llega el momento en el que alcance a entender por qué no puedo dejar libre lo que siento.

martes, 18 de diciembre de 2012

Lo dice el modo en que te miro

Echo de menos las horas muertas contigo, cuando apaciblemente nos sentábamos en el sofá y te veía sonreír. Lamento no haber disfrutado lo suficiente de la última vez, pero no era consciente de que sería tal, que podría pasar tanto tiempo hasta tener la oportunidad de una próxima. Cada vez que pienso lo largos que se hacen los días sin ti, sin poder verte, lo mucho que me llena estar a tu lado, porque te siento cerca, te comprendo mejor, al contrario de la lejanía que producen unas palabras escritas, por mucho empeño que se ponga en lo contrario. Hoy miro tu cara en las fotos y me lamento por no poder disfrutarla de cerca, no poder posar mis labios en tu mejilla y mostrarte lo que me brillan los ojos al verte, la luz que solo tu provocas en mi, una luz de entusiasmo, de alegría, de aprecio y, tengo que decirlo, de amor. Una luz que sale desde lo más profundo de mi corazón.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Sueños y besos plácidos


Hoy hacen cuatro las noches que he pasado seguidas soñando contigo. Los días transcurren normales, no sin recordarte, pero como siempre. Es al caer la noche, mientras duermo, cuando mi subconsciente aprovecha para engañarme, para sumirme en un sueño en el que te hace protagonista. Resulta increíble lo reales que pueden llegar a parecer los sueños, lo nítidos que se presentan, siempre tan cerca de ti, tan envidiables. Escenas que hace tanto que añoro y deseo. Momentos en los que me cubres de besos, otros en los que soy yo el que lo hace, sin nada más que eso. Solo miles de besos, pero son sueños tan penetrantes como cualquier otro que haya tenido antes. Despierto con el corazón encogido y la mente confusa, con el deseo de un simple y sencillo beso, de tenerte cerca y suavemente marcar mis labios en tu piel de seda, solo eso, tanto como eso.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Yo me sigo acordando

Sigue sin pasar un segundo en el que no me acuerde de ella. Un instante en el que no esté dentro de mi delirio. Una y otra vez pienso en ti y salpico mis pensamientos con imágenes y momentos contigo, sin que mi mente me dé un segundo de descanso en el que evadirme de ti. No pasa un minuto sin que tú estés presente en mi imaginación, en mi cabeza, sin que añore verte, sin que quiera estar contigo y disfrutar de ti. Bajo la luna y en silencio, tu imagen grita en mi cabeza y revela los suspiros que tengo escondidos, esos que necesitan liberarse en el fondo de un abrazo tuyo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Un lugar

Me pregunto si habrá algún lugar en el que esté a cómodo, en el que pueda sentarme y dejar de una vez de cambiar. Me pregunto si encontraré un sitio en el que me sienta bien, del que alguna vez no quiera escapar, en el que quiera permanecer inmóvil. No sé si existe ese sitio en el que no quiera que pasen los días vanos, en el que todas las mañanas haya luz y cada noche un sueño, en el que no se encoja el pecho ni se anude la garganta. Un lugar en el que disfrute día a día con lo que hago, con lo que estudio, con lo que vivo, con lo que siento. En el que no me pregunte en ningún momento si no sería mejor dejarlo todo, sino sería mejor perder de una vez, retirarse. Un lugar en el que vuelva a sentir la felicidad que fugazmente experimenté. Un lugar, una persona. Me pregunto si existirá más allá de mi imaginación.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Gotas de ti


No recordaba ese instante en el que las palabras vuelan sordas a tu alrededor, carentes de importancia y sentido. Mis pensamientos hablaban más alto que las personas y yo me perdía absorto en ellos, haciendo inútil mi presencia en aquel lugar, quemando mi pecho, agarrándose a mi garganta, anudándola, ahogándome y empañando mis ojos.  Volver a casa apresurado por ocultar todo, volver al escalofriante calor de mi habitación, al frío abrasador de mi cama, del abrazo de mi almohada  que,  paciente, me esperaba, echándome de menos tras tanto tiempo sin estar con ella, tras tanto tiempo sin ser tan confortable como hoy, recogiendo las gotas rebosantes de mis ojos, recogiendo cada sentimiento, cada gota de ti que se escapa.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Una parte del cielo

El modo en que el pelo se dejaba caer sobre tu frente, ondulando cada mechón de izquierda a derecha y punta a punta elevándose levemente. Los hilos dorados de tu vestido reposaban suavemente sobre tu piel, sobre tus hombros. Tu pelo y aquel vestido dorado con brillos dejaban desnuda e irresistible la piel tersa y suave de tu cuello, sencillamente adornado con un collar dorado. Podía imaginar a la perfección el perfume que lo rociaba y me recorría un escalofrío al imaginar los besos que allí te había dado, las veces que mis labios se habían paseado suavemente por él.
El brillo de tus ojos deslumbraba como siempre mi corazón tras aquella sombra oscura y, bobamente, no pude dejar de acudir en toda la noche a observar una y otra vez el trocito de cielo que había quedado guardado en mi móvil y que conseguía que de solo mirarlo sintiese lo más intenso del mundo en mi pecho. Simplemente, cada vez que te veo de este modo, me quedo sin palabras que puedan explicar lo hermosa que eres, que puedan explicar lo que me haces sentir... 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Carta de un niño grande

Queridos Reyes Magos, se que falta más de un mes para vengáis, pero me han insistido mucho e incluso me han puesto fecha límite para escribiros esta carta. Para este año no voy a pediros ni paz en el mundo ni que se acabe la crisis porque, la verdad, lo pedí el año pasado y lo habéis hecho de pena. Este año pediré para mí, que parece que se os da mejor. Deseo con todas mis fuerzas una muñeca castaña de pelo corto y metro sesenta, dulce, encantadora y de nariz, manos y culito fríos en invierno. Sé que no es de niños pedir una muñeca, pero yo la quiero y es vuestro deber traerla. De esas que acompasan su respiración con la mía, que mueva la lengua, que de muchos besos ricos con sus labios dulces y húmedos y haga unos sonidos un tanto extraños cuando se le acaricia. Quiero que le suene la tripa cuando tenga hambre y que no haga nada más que quejarse de que ésta es demasiado gorda, quiero que venga con un armario enorme lleno de complementos y que ponga cara de felicidad al ponérselos, que le encante hacerlo y que siempre, siempre, quiera tener más. Quiero que sepa llorar, pero que al abrazarla fuerte y con cariño se le pase y, sobretodo, quiero que ría, que ría mucho y conmigo y sea tan tonta como yo. En definitiva queridos Reyes Magos, quiero la muñeca perfecta, quizá pida demasiado, pero prometo prestarle atención como única que se que es y no descuidarla nunca.

jueves, 6 de diciembre de 2012

La humedad que se evapora de mis labios

Lo recuerdo perfectamente. Se separaron, se alejaron suavemente los unos de los otros notando hasta el último roce, notando la humedad tierna y escalofriante que se adhería a ellos. Separándose tal vez definitivamente sin poder decirse adiós, sin saber que tal vez fuera la última vez que se rozasen, que se sintiesen. Así sintieron mis labios a los tuyos y así los echan de menos, de esa misma forma que podría echarte yo a ti, de esa misma forma que mantengo el recuerdo de cada segundo, dulce o amargo, aunque tristemente mas reciente el amargo. Labios que se perdían en una lejanía incapaz de entender entonces por los míos, los cuales, aun rebosantes de ignorancia,  pretenden volverlos a sentir añorándolos cada día, cada noche, cada segundo, resignándose a pensar que aquel pudiera ser el último cuando tanto tiempo lo habían probado, cuando tan ignorantes fueron de no despedirse mejor de ellos. Cuando tan sabios fueron de haberlos besado.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Acción

Princesa de mis cuentos, protagonista de mis películas, de escenas de amor vistas donde en mi imaginación tu eras la intérprete. De sueños perdidos en los que te veía única, en los que no concebía a nadie más que a ti y en los que a nadie más hubiera aceptado. Pero mientras que eras la protagonista perfecta en mis sueños, del otro lado caía siempre la pregunta contraria de quien será su hombre así, quien ocupará el otro lugar, el de las escenas, el de los sueños, el que realmente imagina mi protagonista, ese que no soy yo, ese en el que no me ve por mucho que quiera intentarlo, por bien que pueda interpretar el papel. Secundario galardonado  pero sin brillo, sin posibilidad de protagonizar jamás, tristemente ensombrecido y condenado a ver de lejos la película de sus sueños, esa que hubiera dado cualquier cosa por protagonizar, esa de la que tal vez algún día, en alguna memoria de alguna actriz, coincidan los intérpretes tanto para ella como para él, coincidan los sentimientos y los besos se devuelvan con la misma sed.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El rayo cálido mientras helaba

A pesar del frío invernal el día estaba presidido por el sol. Desde dentro de la cama se podía sentir como helaba en el exterior. A pesar del sol tu tristeza lo nublaba todo, y esa nube daba sombra sin quererlo a lo que se encontraba en esta habitación.
Aunque sea irremediable no quiero verte de ese modo del que quedo contagiado hasta tal punto que el preciso instante en el que te he notado riendo ha sido el primer rayo de luz que ha entrado por mi ventana en todo el día, un rayo cálido y acogedor que me llenaba por completo sin que a penas te dieras cuenta, haciendo que se animase algo dentro de mi que hoy no había despertado, haciendo que  todo se viese diferente, una sensación difícil de describir, pero, al fin y al cabo, un ápice de luz al ver que tu sonrisa sigue ahí, que sigue brillando, y conseguir ese destello, por mucho empeño que cueste, hace que mi corazón se siga moviendo por ella, por ti.

viernes, 30 de noviembre de 2012

La lejanía estando tan cerca

Pasó la tarde completa, con desánimo, sin cercanía. Estar a tu lado y, sin embargo, estar distantes. La televisión se oía por encima de nuestros besos, de nuestras palabras, sólo por debajo de mis pensamientos, tan perdidos como nuestra cercanía hoy. Era inimaginable todo lo que en mi interior sufría sabiendo que, en el fondo, echaría  en falta unos instantes como aquellos, un momento como el que hoy teníamos presente. Me entristece pensar que, aun siendo así, nada más cruzar la puerta ya te comencé a echar de menos. Desde entonces he pasado cada segundo anhelando estar a solas contigo, simplemente sonriendo y disfrutando de tu sonrisa como mis pensamientos no me habían dejado hacerlo, simplemente permaneciendo a tu lado mirando lo asombrosa que me pareces.
Un  puño apretó mi corazón al salir por tu puerta, habiendo esperado mas, habiendo querido mas, pero en el fondo siendo incapaz de hacerlo yo mismo, inmóvil por orgullo y por tristeza, con la mirada vacía y las ganas de estar contigo acumuladas en un saco que hoy rebosa. En el que esta noche posiblemente no quepan más ganas y, desbordado, eche de menos el tiempo que desaproveché a solas contigo, lo mucho que me gustaría haber podido sentirme cercano a ti, pensando igual, sintiendo lo que tu como otras veces sí habíamos hecho, dichoso de tus palabras, de estar contigo, de haberte conocido. Queriéndote, queriéndote y simple y solamente queriéndote. 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Acurrucado en el calor de imaginarnos

Desde aquí sentado, mientras escribo, puedo oír el piqueteo de las gotas de lluvia en el frío asfalto. Se escuchan a la perfección las ruedas de los coches rompiendo la fina capa de agua mientras se deslizan sobre ella salpicando las aceras por donde los transeúntes se apresuran evitando la tormenta. Escribo con el absoluto deseo de tumbarme junto a ti con este sonido de fondo. Abrazarnos fuertemente bajo las mantas, escabulléndonos del frío invernal que se ha presentado súbitamente. Pasar la tarde escuchando tronar asustados como niños y permanecer durante segundos inmóviles bajo el calor de nuestros alientos, esperando el estruendo tras el último relámpago. Imagino cerrar los ojos relajadamente con tu cabeza apoyada en mi pecho, sintiendo el hormigueo de tu pelo y tu respiración en mi tripa, quedándome plácidamente dormido, sin apenas darme tiempo de articular un “hasta mañana amor”.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Anhelo despierto


Enséñame a aguantar las ganas de verte.
No pasan los días en vano, cada uno sin ti se me hace más pesado que el anterior y el más mínimo instante que puedo estar contigo es un claro entre las aburridas y grises nubes de un día de otoño.  Lo cierto es que saber que voy a verte me alegra un poco los días, me da algo de ilusión, me borra ese aburrimiento monótono del día a día sin ti, sin estar contigo, simplemente esperando que llegue el momento en que podamos vernos, pero esa espera es eterna. A penas es media tarde y el día me parece infinito, a pesar de haber estado contigo, de haberte visto un segundo, pero supongo que quiero más, que los minutos sean horas y, ¿por qué no?, días. Espero soñando despierto el momento en el que pueda ser así.

viernes, 23 de noviembre de 2012

La mala pasada de un reflejo

Vuelvo a casa de madrugada, la calle está vacía y silenciosa, a estas horas, tal día como hoy la ciudad está desierta exceptuando un coche patrulla que pasea ritmo lento por la calle, reflejando su luz añil en los escaparates y ventanas.
El frío de la noche campa a sus anchas sin nadie que pueda interponerse en su camino, dejando notar su aliento en las lunas de los coches cuidadosamente aparcados en las aceras.
Me dirijo solo a casa, deambulando por la calle, a lo lejos comienzo a oír unos pasos que en principio me aterraron, pero poco a poco me fui acostumbrando a ellos. Un chico joven andaba al igual que yo, presuroso, cobijándose del frío en su abrigo y cruzando su mirada conmigo temeroso de que le fuera devuelta. Me preguntaba cuánto tiempo no habría sido yo aquel muchacho ¿Cuál sería su razón?¿Por qué andaba a estas horas por la calle? ¿Cuál sería su historia? Me preguntaba si sería como yo, si tendría la misma suerte de querer a una persona tanto como para amarla a escondidas. Me preguntaba si huía al igual que yo de la vista de todo aquel que le conociera. Me preguntaba que pensaba.
Llegue a casa y abrí la puerta con cuidado de que nadie me oyese, intentando ocultar de nuevo lo que por un momento me sentía libre de expresar a aquel desconocido, a aquel muchacho con el que me sentí identificado, aquel reflejo de mí en el espejo del recibidor.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Esta noche

Prácticamente ha volado ya una semana más. Es jueves y la noche se echa poco a poco encima. Tus dulces besos y tus suaves mejillas me han dejado alelado y con ganas de mas tiempo a tu lado, de disfrutar algo más de ti. Paso, desde que te he dejado, cada segundo esperando que una voz me diga que esta noche podré verte, que esta noche me cruzaré contigo y caeré una vez más en en esa magia con la que me hechizas. Poder ver a esa princesa vestida de fiesta, esa que tan difícil me resulta encontrar, pero que cuando lo hago me enamora una y otra vez. Poder verte a ti, poder disfrutar de tu cuerpo y tu sonrisa, de lo mejor de ti. Y, una vez más, poder acostarme tarde soñando lo preciosa que eres. Soñando que veré de nuevo a mi princesa mañana.

martes, 20 de noviembre de 2012

En compañía de tu sonrisa

Que gusto da abrazarte, besarte y estar contigo, sacar un segundo para cualquier cosa. No sabes hasta que punto  me invade la alegría al ver tu sonrisa entrecomillada por tus hoyuelos, esos que un beso tras otro no me cansaría nunca de besar, nunca. Tan suave, tan tierna… adoro recorrerte con mis labios, sentir tus mejillas y rodearlas sin cesar, juntarlas con las mías. Sentir el resto de tu piel, sentirte a ti y decirte sin palabras que te quiero como a nada y que, a tu lado, todo es especial, todo es diferente. Pasear a tu lado y, en definitiva, cada segundo contigo. Todo me hace más feliz si está acompañado de tu sonrisa, acompañado de ti.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Cuestión de segundos

Te di un beso, fue entonces cuando sonó el chirrido de las bisagras de la puerta del ascensor. Corrimos a la habitación y cerramos la puerta tras nosotros. Tenía el pulso acelerado, me decías que temblabas, me asaltaba una risa nerviosa casi incontrolable mientras esperaba jadeante tras la puerta, no sabía si por la presurosa huida o los instantes que la habían precedido.
Al poco tiempo se oyó como las pisadas que nos habían sorprendido se alejaban hasta perderse tras el ruido de una puerta. Todo volvía a encontrarse tranquilo y, poco a poco, recuperamos la calma y la intimidad. Pudimos ser descubiertos, fue cuestión de segundos, de suerte, pero ahora que ya ha pasado no puedo evitar sonreír recordándolo, no puedo evitar reconocer que, en el fondo, me gusta esa emoción, me gusta ese secreto, ese riesgo que me encanta correr. Aunque en ocasiones desee que todo fuera más fácil, la realidad es que cada segundo es especial, que nada que merezca la pena es fácil y no conozco nada que la merezca mas que tu, que las historias no son buenas si no se te acelera el corazón, y ayer el mío estuvo a punto de salir disparado.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hasta mañana

No puedes acostumbrarme tan mal. He perdido el sueño, estoy frente al ordenador recorriendo páginas sin fijarme en ellas, en este preciso instante escribiendo, aunque no directamente a ti, no como me gustaría hacer. Me quejaba de que no verte era malo, pero pensándolo mejor, lo malo sería que también no escribirte, no hablar contigo el tiempo que lo hago. Me falta algo y no se irme a dormir sin ello, se me hace temprano, no me aborda el sueño, necesito tus palabras para poder conciliarlo, necesito escribirte buenas noches y que las horas hayan avanzado sin darme apenas cuenta de lo poco que falta para que salga el sol. Cerraré los ojos y pensaré que mañana hablaré contigo, que me acostaré mejor que hoy que a pesar de habernos visto, no hemos podido escribirnos y apenas oírnos antes de ir a dormir. Te escribo aquí hasta mañana porque no se acostarme sin haberlo hecho.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Miedos y contrastes


Parece mentira el contraste que encuentro entre los viernes y los días posteriores. Cómo los primeros pueden ser el mejor de los sueños mientras que el siguiente, sin embargo, puede convertirse en el más crudo de los despertares. Volver a la realidad a bofetadas, ser consciente de golpe de lo mucho que puede interponerse entre los dos. Lo que más me importa y más miedo me da de todo no es sino la posibilidad de que cualquiera de esos baches me puedan alejar de ti, de no poder estar contigo, de tener que estar separados, de que con todo lo que me ha costado y lo mucho que me gusta estar a tu lado algo nos separe. No quiero que nada me impida disfrutar de lo que tanto tiempo me ha llevado conocer, de esa persona que solo se conoce una vez. No quiero, porque deseo quererte como te quiero y poder estar contigo más tiempo aun, porque a tu lado todo se torna diferente, todo se disfraza, todo lo que me rodea se olvida y es el único momento en el que soy realmente feliz. No quiero perderte porque te necesito, porque quiero hacer realidad todo lo que he soñado y todo lo que me queda por soñar. 
Sólo puedo pasar estos tragos queriéndote cada día que pasa con toda la fuerza posible, disfrutando a tu lado siempre que pueda, dándome cuenta antes de perderlo de lo mucho que recibo de ti, de todo lo que me aportas y apreciarlo como se puede apreciar la mayor de las riquezas. No concibo perderte, no concibo perder esa felicidad que me das. Se me humedecen los ojos solo de pensarlo y, como siempre, solo tú eres capaz de secármelos, ¿cómo puedo así no quererte?

sábado, 10 de noviembre de 2012

Cuando corro para alejarme


Y una vez sentado me pregunté de qué servía tanta carrera, por qué esas prisas por llegar si lo que realmente quería era no moverme de tu lado. Salí corriendo de tu casa sin apenas saborear el último beso que te di. Me apresuraba bajo la lluvia con la maleta a cuestas para no perder un autobús que, pensándolo bien, lo único que hace es arrancarme de tu lado. Mirando desde la ventanilla la lluvia pensaba en las ganas de seguir a tu lado, de, sin preocupación alguna, pasar horas y horas contigo, sin correr, sin mirar el reloj, solo mirándote constantemente a ti, tu cuerpo, tu cara, tu pelo… lo mucho que me doy cuenta que me gustas, me atraes y, por decirlo de algún modo, me enciendes. Pensaba en una fecha concreta en la que  mejorar ese fin de semana que ya echaba de nuevo de menos.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Léelo cuando no esté esta tarde

Me voy a acordar muchísimo de ti. Esta tarde teníamos que estar juntos, o al menos saber que nos vamos a encontrar, y vamos a terminar viéndonos y estando el uno con el otro. Sé que te voy a echar de menos, y mucho más hoy que tengo ganas de mimarte y hacerte sentir bien. Quiero que el día termine pronto, que llegue rápido mañana y, cuanto antes, estar contigo, abrazado a ti y tu acurrucada en mi, mirándote a la cara y llenándola de besos. Aunque ahora… no sé si esto pase, pero esta noche, cuando me acueste, voy a soñar que sea así, que voy a estar mañana contigo aunque sea un rato. Voy a dormir pensando solamente en verte, exactamente igual que haré esta tarde.

martes, 6 de noviembre de 2012

Breves, pero geniales

No alcanzo nunca a entender porque los instantes a tu lado se me hacen tan perfectos. Un pequeño rato ayer, verte por la mañana, un café por la tarde… cambian por completo la percepción que tenga hasta entonces de ese día, me lo alegras por completo. Me devuelves esa sensación agradable que echo en falta los días que no te puedo ver. No pensé nunca que tan poco tiempo me diera esa alegría. Parecía mentira, casi un sueño, pero era real, y me encantaba que fuese así, que con solo verte me sintiera mejor. Ahora lo único que deseo es tener otro de esos instantes a tu lado, pero mucho más largo, y, a poder ser, más solos. 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Noches de lluvia

Las gotas de agua golpeaban mi persiana. El sonido relajante de la lluvia atravesaba la ventana y las sabanas llegando hasta mis oídos. Cerraba los ojos rebosante de placer, disfrutando estar acurrucado entre la ropa de mi cama y pensando en aquella vez que pude vivir esa situación a tu lado, arropándome del frío en tu cama, en tu cuerpo. Me reconfortaba oír el choque de la lluvia en el suelo y las paredes, notar su humedad, oír el susurro del viento acariciando las gotas, pero, sin embargo, permanecer bajo las cálidas mantas hacía que me sintiera protegido de todo lo que cayese ahí fuera e, imaginando a la vez estar contigo, cubrí mi cabeza hasta volverme a sumir en un profundo y placentero sueño.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Hasta que quedases dormida

No me importaría en absoluto abrazarte y que terminases quedándote dormida en mis brazos. Pero al fin y al cabo sentirte cerca y desahogar esas ganas que me invaden, de transmitirte todo lo que siento sin poner ninguna palabra en mi boca, simplemente mirarte fijamente con cara de bobo y abrazarte con todas mis fuerzas. No me importaría tenerte acurrucada sobre mis piernas mientras estamos juntos y, de cuando en cuando, buscar un instante en el que dejar libre una de mis manos para acariciar tu piel, mientras con la otra me basto para seguir abrazándote. Hacerte sentir tan cómodamente como yo me encuentro a tu lado, relajarte con suaves caricias y que poco a poco quedes casi dormida mientras yo, con cara de felicidad, sigo mirándote y preguntándome que es lo que me has dado para hacerme sentir de este modo. 

martes, 30 de octubre de 2012

Despertar de un sueño para... seguir viviéndolo

Sonó el despertador, quería estar más tiempo en la cama, de modo queme dí la vuelta y me cubrí con la manta hasta la cabeza. Mi cama estaba fría, las sabanas parecían hielo y apenas me había dado cuenta de cuando esto había cambiado. Cada vez que me había girado en la cama estos últimos días me había topado contigo, con tus labios y tu cuerpo desnudo bajo las sabanas, antes nunca frías, pero hoy no tenían tu calor. Me podía mover a mi anchas en la cama, pero al verla vacía me encontraba del mismo modo, vacío. Notaba que me faltaba algo a lo que me había llegado a acostumbrar, verte, reír contigo y sentir tu cuerpo caliente y dulce cuando el frío de la habitación y el cariño que tenía me impulsaban a abrazarte, a sentir tu piel suave cerca de la mía. Sólo de pensar en ello se hacía un nudo en mi garganta y me daba cuenta de lo fuertes que serían los abrazos de dártelos en este instante en el que me daba cuenta de lo mucho que los echaba en falta y de cuanto me gustaban.
Volvió a sonar el despertador. Tenía que irme o no llegaría a tiempo. Tenía que despertarme de una vez del sueño que había sido estar tanto tiempo contigo. Sonriendo por ello, pero con el pecho y la garganta ardiendo de pensar que aquello no durase aún. Aunque, todo se ve con otros ojos después de pasar un fin de semana así.

lunes, 29 de octubre de 2012

Jet lag

No ha habido ni un instante en el que no me hubiera asaltado la idea de llenar esto de palabras sobre un día, otro y otro contigo. No una entrada por día, sino por cada momento especial a tu lado, y creo que han sido muchos.
He notado más que nunca el placer contradictorio que supone no poder escribir por tener demasiado sobre lo que hacerlo, por estar disfrutando a tu lado, por estar riendo, diciendo tonterías, besándonos, abrazándonos, haciendo el amor y, al menos yo, sintiéndome feliz. Sin dejar ni un minuto a nada más que me entretuviera salvo estar contigo.

Tal vez se me quede corta una sola entrada para lo que debería ser en realidad, porque no se enumerar una a una las cosas que hemos pasado, pero a tu lado he disfrutado como un niño al que se lleva a un nuevo parque. Cada segundo contigo me he sentido feliz y, aunque siempre que estoy a tu lado me pasa, no creía que pudiese llegar a ser tanto, tantísimo. Lo genial que me haces sentir, lo tonto que me haces ser y lo mucho que me rio contigo en cualquier situación.
Vienen a mi cabeza los muchos momentos de estos días y se me encoje el pecho porque quiero volver a verte ya, porque desde el instante en que me he separado de ti te he empezado a echar de menos y aunque intentes convencerme de que así nos veremos con más ganas la próxima vez mi subconsciente ya se había acostumbrado a ti hasta el punto en que se me haga raro no estar dentro de poco de nuevo a tu lado, algo parecido a un jet lag.
Me va a costar acostumbrarme de nuevo a no poder verte, a no poder estar contigo. Desacostumbrarme a tus abrazos y tus besos, a hacerte el amor cuando nos viniese en gana. Volver a coger la rutina de pensar en ti, en los viernes y en los segundos aislados que podemos arañarle a la semana para estar juntos, sustitutivos demasiado breves de este fin de semana en el que me he dado cuenta de que te quiero más aun de lo que ya lo hacía.
Desde ya ansío volverte a ver y volverme a reír como ayer, reírme contigo, darte un beso y poner de nuevo “cara de halloween” para ver esa sonrisa que tanto me ha alegrado este fin de semana.

jueves, 25 de octubre de 2012

Entre el martes y el miercoles

Necesito intercalar otro viernes entre semana. Un día más en el que pueda verte y estar contigo. Porque me paso los días deseando que estemos juntos, poder verte y poder despreocuparme de todo lo demás. Solamente disfrutar de ti, de tus besos y de tu cuerpo como solo puedo hacerlo cuando el mundo nos lo permite. Añadir un día más en la larga semana en el que dejemos de mirarnos y desearnos para pasar de una vez a disfrutarnos. Ese día que me debes, colocarlo para ti y para mí, para que las semanas pasen más amenas y para poder quererte a voces, dejando de quererte por unos instantes en silencio, dejando de esconder los besos y el deseo, haciendo aquello que durante días hemos imaginado hacer, dando rienda suelta a nuestras ganas y al placer de estar solos.

martes, 23 de octubre de 2012

¡FELICIDADES PRINCESA!

Me gustaría haberme despertado a tu lado y haberte susurrado al oído felicidades. Darte Un beso y, poco a poco, alegrarte el día, hacerlo lo más hermoso posible.
Bajar tras de ti las escaleras, camino del buzón, viéndote ilusionada y nerviosa en busca de esa carta que te espera. Fingir no mirarte mientras la lees, ya que te da vergüenza que lo haga, pero dándote la espalda imaginaría con claridad cómo mientras lees se iluminan tus ojos marrones y se dibuja una sonrisa en tus labios, esos que justo cuando terminases de leer volvería a besar. Entregarte tu regalo en ese mismo portal y ver como lo abres inquiera por saber que es.
Se perfectamente como reaccionarias y en este mismo instante lo imagino de la misma forma que si estuviese frente a ti, de modo que baja y abre el buzón, y respecto al regalo, puedo entregártelo más tarde con la misma ilusión.

sábado, 20 de octubre de 2012

Viernes

Iba camino de la estación cuando me vibró el móvil. Fue un toque corto. Al mirar vi tu número en la pantalla.
Me apresuraba por ponerme pronto a cubierto en el interior de la estación. Una nube negra se había posado sobre la ciudad y no tardaría mucho en dejarse notar.
Poco a poco los viernes se estaban convirtiendo en mi mejor día de la semana. Pasaba toda la tarde contigo y me encantaba, me sentía genial a tu lado. Aquellas tardes me dejaban un regusto de felicidad pasmoso, pero esta última, en especial, lo había acentuado más. Habría pasado mucho más tiempo contigo disfrutando y haciéndote disfrutar sin tregua. Admirándote en cada abrazo y regocijándome en cada beso.
De camino a casa me limité a escuchar música y esperar que finalizase el trayecto para hablar contigo, pero, durante la espera, me di cuenta que en mi cabeza no dejaba de rondar la  sensación de satisfacción de aquella tarde y, mordiéndome el labio y acentuando mi respiración, cerraba los ojos recordando la imagen de tu cuerpo desnudo y de mis manos y mi lengua recorriéndolos suavemente y sin descanso. 

viernes, 19 de octubre de 2012

Solo quiero verte sonreir

Me gusta sacarte esa sonrisa tan encantadora que tienes, que tus ojos brillantes se achinen y se arruguen tus hoyuelos por mi culpa, por haberte hecho reír. Quiero estar contigo y poder tapar con un beso cada lágrima que se escape recorriendo tu mejilla. Poder abrazarte con todas mis ganas mientras estas de ese modo y, por todos los medios, conseguir que me regales una sonrisa. Porque tú me has regalado tanta alegría que lo mínimo que deseo es devolvértela. Me has provocado tantas sonrisas cuando la situación era la contraria… y eso que mi sonrisa no es, ni mucho menos, tan dulce como la tuya.  Me llenas el día cuando consigo hacerte feliz, cuando consigo hacerte pasar buenos ratos y cuando además, puedo compartirlos contigo. Me llenas los días y me llenas el corazón con tu encanto y tu ternura y consigues que los días transcurran dándome cuenta de lo mucho que te quiero.

martes, 16 de octubre de 2012

Me faltan tardes para repetirlo tanto como deseo

Cierra plácidamente los ojos. Nota cada caricia de mis dedos deslizándose por la piel tu costado, de la palma de mi mano rodeando en espiral tu ombligo. Siente los besos que te voy dando. Cómo mis labios juegan con tu cuerpo trazando líneas en tu espalda y tu cuello, y delicados círculos en tu ombligo. Posándose suavemente sobre tu pecho, mi lengua retozando en tus pezones que se excitan dulcemente mientras juego con ellos en mi boca. Siente cada beso y cada roce de mi piel en la tuya y sonríe por el roce de mi barba, porque pienso repetirlo todo de nuevo. Pienso estar contigo durante más tiempo del que ha podido ser hoy, pienso disfrutarte de nuevo con el ímpetu de tenerte cerca. Viendo cómo te relajas en mis brazos hasta casi dormirte de placer y, finalmente, tumbarme a tu lado a la vez que te abrazo y observo lo dulce que puedes llegar a ser, lo mucho que te adoro.

viernes, 12 de octubre de 2012

La penumbra de un rellano

¿Cómo volver a decirte un año después lo que fue aquel beso? No olvidaré nunca como pasó ni como fue, ni mucho menos como me sentí en el momento en que ocurrió.
Hoy te abrazo mientras con tus palabras me haces recordar lo que sucedió aquel día. Intentas que yo mismo te cuente de nuevo lo que tantas veces te he dicho que sentí. Miro a tus ojos, aquellos que en la oscuridad de aquella noche no pude ver, pero no fue necesario porque te pude sentir como ni tan siquiera en mi imaginación lo había hecho hasta ese preciso instante. Quién me hubiera dicho aquel día que hoy estaría del modo que estoy a tu lado, que envidiaría cada día estar un poco más tiempo contigo. Que dulce fuiste y que dulce fue aquel beso en la penumbra de un rellano. Un beso que tal vez fue la pequeña chispa que me hizo sentir el incendio que hoy siento por ti, el comienzo de que hoy me sienta tan a gusto a tu lado, olvidando prácticamente por completo que ayer… no se qué pasó ayer, solo sé que hoy he vuelto a estar tan cómodo como siempre contigo, tan a gusto y tan pegado a ti, en un día que, en el fondo, siento que es especial.

jueves, 11 de octubre de 2012

Dime dónde tenemos que perdernos

¿Cuándo va a desaparecer la gente?
Me pregunto cuál será el dichoso momento en que nos quedemos al fin solos. Me cambió definitivamente la cara al ver que toda la ilusión que tenía puesta en esa tarde se esfumaba con la mera presencia de una persona, y aún pasando el tiempo contigo, como quería, aquello impidió que estuviéramos de la forma en la que quedábamos dibujados en mi imaginación. Imaginación que se hizo difusa y triste según transcurría el tiempo a tu lado e iba perdiendo poco a poco la esperanza de abrazarte y tumbarnos, de besarte y,  sin miedo ninguno, comerte la boca. Aunque, esto último, no sea tanto deseo como realidad, y el haber sentido por un explosivo instante tu lengua junto a la mía de esa forma merece que hoy me acueste pensando que mañana será otro día, que te quiero más que a nada y que hoy solo ha servido para que ansíe con más ganas quedarnos a solas.

lunes, 8 de octubre de 2012

El sabor de un día que aun dura

Dos días encantado contigo de una forma que no comprendo, con mi mente y mi corazón hechizados por tu dulzura, y una mañana entera pensando en ti, en eso se resumen mis ganas de verte. Ganas de pasar un rato contigo y de dar salida a este rebosante cariño que me queda por tu culpa, por esa felicidad que haces llegar hasta mi cuando me encuentro a tu lado. Me has dejado sumido en un sueño que transcurre despierto desde la última vez que estuvimos juntos y ahora, cada vez que cierro los ojos, no puedo evitar verme tumbado plácidamente contigo. Cada vez que trago saliva me viene el sabor de tus besos, de tus labios, de esos que me muero por volver a besar. Imagino cada instante, conforme de tener ese recuerdo que me has dado y deseoso de que vuelva a suceder lo más pronto posible, anhelante de esa dulzura con que me invades y de esa sensación tan única que siento contigo, anhelante de ti.

domingo, 7 de octubre de 2012

Al final de la multitud (Parte 2)

Los rayos de sol entraban por doquier por la ventana molestándome e interrumpiendo mi sueño. La noche anterior había olvidado cerrar la persiana. Miré el reloj descubriendo con sorpresa que no era tan temprano como esperaba. Retenía en los labios un leve sabor a alcohol de la noche anterior, me encontraba algo mareado. Al encender el ordenador tu no estabas. Recordaba haber hablado por teléfono después de habernos visto, pero sin dejarnos nada claro, prácticamente hablando por inercia debido a lo avanzado de la noche. Esperaba encontrarte allí conectada pronto para poder hablar mejor contigo. Pensé en irme, pero ya era demasiado tarde, posiblemente no llegaría a coger el autobús y, en definitiva, tampoco tenía prisa. Esperé tras el ordenador un largo tiempo, aguardando poder hablarte, hasta que, finalmente, sonó el móvil.
Tras comer nos quedamos solos. Me gusto por fin abrazarte y besarte. Hasta entonces casi había perdido la esperanza de verte hoy, pero, como otras muchas veces, estaba equivocado.
Nunca comprobé que un sofá resultara tan cómodo para dos personas que permanecían tumbadas en él. Estaba realmente a gusto abrazo a ti, allí tirado. Si se podía ser feliz, sin duda alguna, tenía mucho que ver con aquello. Aquella comodidad tan placentera a tu lado después de haberte hecho el amor y con ganas de nuevo de volvértelo a hacer. Hubiera permanecido allí todo el día, todo el fin de semana si hubiera sido necesario. De camino a la estación casi deseaba perder el autobús para poder dar media vuelta y regresar de nuevo a tu lado para abrazarte y para poder terminar aquella tarde contigo, la cual deseaba que se repitiese pronto.

sábado, 6 de octubre de 2012

Al final de la multitud

Me vestí con más ganas que nunca. Elegí con cautela lo que me iba a poner y me miré largo tiempo al espejo hasta quedar completamente convencido. Quería gustarte tanto como sabía que me ibas a gustar tu a mí. Bajé a la calle, Mi exaltación era palpable, tenía ansias por llegar ya y no esperar más tiempo para buscarte entre la multitud. Busqué concienzudamente, di vueltas hasta que, impaciente, decidí llamarte. No estabas allí. ¿Cuánto más tenía que esperar para verte?
El tiempo se alargaba por tu ausencia hasta que pude de nuevo ir en tu busca. No sin inconvenientes recorrí lo más rápido que pude el camino hasta dónde estabas. Al fin había llegado. Crucé la puerta y avancé abriéndome hueco entre un pastillo de gente. Como no podía ser de otra forma, al final de aquel pasillo estabas tu. Vi el reflejo de tu cara entre la gente y se me dibujó una sonrisa difícil de disimular en la cara. Llegué ansioso hasta ti y te saludé menos efusivamente de lo que me hubiera gustado.
Solo podía pensar en el tiempo que llevaba sin verte de ese modo. No me había equivocado al pensar lo mucho que me ibas a gustar. Camisa, pantalón, medias y tacones no hubieran sido suficientes para parar mis ganas de sentirte cerca de no haber sido por la gente que nos rodeaba. El tiempo se me hizo corto y me fui decepcionado por no haber podido prolongar aquel tiempo a tu lado algo más, pero en el fondo había dentro de mí una chispa de felicidad por haber podido ver a aquella chica que me parecía tan hermosa. Aunque mi felicidad habría sido mucho mayor de saber lo que pronto me esperaba.

jueves, 4 de octubre de 2012

Mi sonrisa en las últimas páginas

Ya está terminado. Me había encantado aquella lectura, más que las anteriores. No sabía que libro podría empezar que quedase a la altura de los anteriores, pero daba igual porque en ese momento estaba aún saboreando el regusto que me habían dejado los últimos párrafos.
Gracias por incitarme a hacerlo, por enseñarme a emocionarme, a reír y, en definitiva, a hacer aflorar sentimientos en mi como si de la vida real se tratara. Gracias por invitarme del modo que lo hiciste a experimentar algo así, algo que yo por mi solo no habría hecho y que, sin duda, me perdía. Porque cada vez, desde el primero hasta el último, que pase una página, emocionándome, sobresaltándome, excitándome o alterándome, pensaré en ti. Porque, sobre todo, más que de nadie, es culpa tuya.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Rodeados

A pesar de haber estado contigo algún que otro día y que solo pasan horas desde la última vez, no dejo de echar de menos encontrarme a solas contigo, cómodamente. Tomo poco a poco conciencia de que no abundaran los días en los que ésto ocurra y, por eso, paso las horas deseando que suceda algo que lo permita y poder aprovechar ese instante brindado para estar contigo. Cualquier oportunidad de disfrutar de ti y estar a gusto a tu lado me resulta buena, pero los momentos que tenemos a solas tienen siempre algo especial. Poder liberar el cariño que permanece guardado fuera de esa situación, perder esa tensión provocada por el miedo a que en cualquier momento nos interrumpan y poder quererte como es debido, sin tener que cortarme ante nada.
Hace más de una semana que  mi corazón reclama ese espacio mientras lo echa de menos. Echa de menos fundirse contigo y tener libertad para quererte. 

lunes, 1 de octubre de 2012

Mi mente en otra parte, contigo

Permanecía asomado a mi ventana, perplejo por cómo, de un día a otro, el otoño se había presentado rotundamente ante mis ojos. No muchos días antes las calles eran calurosas y, sin embargo, esta noche, la lluvia caía de forma impetuosa y el frío había hecho acto de presencia. Me perdía dentro de la forma en que las constantes gotas de lluvia llenaban los abundantes charcos dejando el rastro de su caída en forma de ondulaciones en el agua acumulada. Aquello conseguía distraerme de una forma pasmosa mientras tu no estabas para hablar, podría pasar toda la noche allí de pie, simplemente observando. Era más curiosa aún la forma en la que, a pesar de estar distraído, no te apartabas de mi mente. Pienso en ti casi metódicamente, en cualquier circunstancia contigo o, simplemente, en ti. A pesar de hacer poco tiempo que he estado contigo anhelo pasar aún más y deseo estar a tu lado siempre un poco más.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Muchas gracias

Lo cierto es que me has vuelto a regalar una sonrisa.Has sido lo mejor hasta ahora desde el momento en el que me desperté esta fría mañana, y, cuando escribí esto, aun me quedaba día contigo. Me quedaba una tarde divertida por delante, a tu lado, y una noche mejor aun. Por cosas así son especiales días como hoy, por tener gente como tu, que me haces sonreír. Por esos momentos en los que falta poco para llorar de emoción mientras sonríes por culpa de que me hagas recordar mediante una carta lo bonito que es haberte conocido y pasar este tiempo contigo, y descubrir que los dos lo sentimos igual. Por ese momento tan especial de abrir tu regalo y que me guste, no por lo que es en sí, sino por ser tuyo y por saber que es especial. Que aunque pueda ser simple siempre tendrá un significado especial que sólo conoceremos tu y yo, y que recordaré siempre que lo mire. Gracias por estos momento de felicidad que me das y por ser tan especial.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cerrando los ojos

Me abordaron espontáneamente unas ganas tremendas de darte un beso en la cara. Suave, dulce y tierna. Notando como mis labios se hunden suavemente en tu mejilla y sintiendo la caricia de tu piel en ellos. Experimentar de nuevo el abrazo de tu perfume de vainilla mientras cierro los ojos y me dejo llevar, al igual que lo hago en este momento, mientras vislumbro esta situación deseosamente a la vez que dejo que mis dedos anden sobre las teclas. Deslizar mis manos suavemente desde tu espalda por tu cintura hasta terminar abrazándote dulcemente, con mis entrelazadas en tu vientre y, que tras tu mejilla, mis labios recorran suavemente ese camino que lleva a tu cuello. Besarte en la espalda y apoyarme placenteramente en tu hombro mientras te susurro  al oído lo mucho que te quiero.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Verte al despertar

Dormí poco, pero lo hice a tu lado y aquello me resultaba suficiente. Me abordaron mas sueños que nunca, con la diferencia de que esta vez no recuerdo haber soñado contigo. Puede que fuera casualidad o tal vez es que ya era suficiente sueño el girar mi cabeza y verte a mi lado. Me encantaba poder ponerme frente a ti y besarte mientras permanecíamos tumbados, poder rodearte con mi brazo a media noche tu cuerpo desnudo, tapado simplemente con una suave sábana o que tú misma me cogieses la mano para que lo hiciera. Pero, sin duda, lo que se llevaba la palma era poder sentirte tumbada sobre mi pecho, notarte tan cerca, piel con piel, hasta poder sentir las pulsaciones el uno del otro y despertar a tu lado, pasando la mañana junto a ti. Horas después, ya sin ti a mi lado, me hace sonreír el recuerdo de haber recorrido tu cuerpo con besos esta mañana, y que fruto de la casualidad, pudiese escuchase de fondo, procedente de algún otro lugar I don´t wanna miss a thing.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Los Donuts son mas dulces con tus besos

Desde el comienzo de la tarde puede estar contigo de una forma u otra y me agradó hacerlo. La merienda me sabía mejor que nunca antes, los donuts más dulces y el Colacao más puro. Escondíamos nuestros besos, pero aún así conservaban todo su encanto y además una pizca de emoción.
Pasear más tarde contigo me agradó tanto como siempre. Sentirme tan cómodo y reír de la forma que solo puedo contigo. Más besos, esta vez a solas, y los abrazos que no te había dado en toda la tarde cerraron el día. Desde tu despedida no dejé de pensar en ti y en que no nos deberíamos haber dicho adiós esta noche. Caí en un sueño profundo al poco tiempo de tumbarme en la cama, pero, avanzada la noche,  me desvelé repentinamente. Al girar en la cama buscando acomodarme de nuevo descubrí el olor de tu perfume en mi almohada y con él vino a mi mente la visión de ti tumbada sobre mi cama horas antes. Aquella imagen me ayudó a conciliar el sueño plácidamente y se mantuvo mi mente hasta el amanecer. Al empezar de nuevo el día solo quería volverte a ver y estar  contigo para oler de nuevo tu piel y hallar en ella el perfume que al despertarme se había evaporado haciendo que lo echase de menos. 

martes, 18 de septiembre de 2012

La hora de la siesta


Las calles continuaban cálidas, aunque no tanto como días atrás. Empezaba una nueva semana, pero algo hacia que no me ilusionara en exceso a pesar de significara más días por delante para estar contigo. Salí a la calle apresurado, aquella mañana apenas había hablado contigo y prácticamente aproveché hasta el último segundo del que disponía para hablar un poco contigo. Debí andar rápido porque en poco tiempo me planté en el edificio, algo impuntual, pero lo suficientemente a tiempo como para tomar asiento sin que nadie se percatara de mi tardanza. La monotonía de la voz que explicaba y la poca necesidad de prestarle atención a aquellas horas me aburría enormemente dando así libertad a que me distrajera con facilidad pensando en cualquier cosa, en este caso en ti. Poder hablar contigo en ese instante e incluso haberte visto. Y es que no consigo sacarte de mi mente y menos aún en un momento como este en el que me gustaría distraerme hablando y riendo contigo en lugar de tener que aguantar las horas que restan a esta tarde aburrido. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

La segunda mejor forma de dormir

Duermo mucho mejor después de haberte besado.
Recuerdo llegar a mi habitación tras haber estado contigo. Acurrucarme en la cama plácidamente con una sonrisa en mi boca. El sabor dulce de tus labios aún en los míos, y éstos permaneciendo aún levemente humedecidos tras haber estado jugando con los tuyos, con tu piel y con tu lengua. El olor de tu perfume impregnando mi ropa, empapando el aire a todo mí alrededor y haciendo de mi cama el lugar más confortable posible en ese instante. Duermo mucho mejor esos días en los que mi mente se pierde durante toda la noche, sumida en una profunda sonrisa, tumbándome felizmente en la cama y pensando solamente en ti.
Hoy no tendré esa sensación, pero oír tu voz antes de dormir es suficiente para que no deje de sonreír, para que no deje ni un instante de pensar que la mejor noche es la que paso junto a ti.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Los sueños que no tuve

Han pasado rápido los días de esta  primera semana que tanto había codiciado. Ha transcurrido enseñándome día tras día que las cosas nunca terminan saliendo del modo que las imaginas y anhelas durante tanto tiempo. Estar cerca de ti no se ha parecido demasiado a los sueños que durante todo el verano tuve despierto.

¿Qué importa? si he estado contigo, lo imaginase o no de ese modo. He estado a tu lado un tiempo por el que hubiera hecho lo que sea hace no más de un mes, un tiempo que recordándolo en este instante no veo por qué no ha de hacerme sonreír. Y eso es suficiente. Importa más lo cómodo que me he sentido contigo. Y lo que si he tenido oportunidad de hacer es abrazarte como hacía tiempo que deseaba hacerlo y recuperar el sabor de esos labios que tantas noches he intentado recordar inútilmente. Hay cosas más hermosas que los sueños, tu.  

martes, 11 de septiembre de 2012

Las noches infinitas


Son las 2 de la madrugada y no consigo conciliar el sueño.  Desde que me acosté doy vueltas en la cama, recorriéndola de esquina a esquina y maltratando la almohada intentando colocarla en una posición confortable. Quiero dormir y que llegue pronto mañana, pero no puedo. Me encuentro como un niño de 3 años nervioso por su primer día de colegio o, algo que aún me es más cercano, como un jugador de baloncesto el día antes de un partido importante. Deseo tanto que llegue ya mañana y que por fin nos juntásemos los dos de nuevo que los nervios me impiden cerrar los ojos. Llevo todo el día dando vueltas y se, que tarde o temprano, caeré agotado, pero no por conciencia propia. Quiero desfallecer ya y encontrarme con que ya es de día, con que queda muy poco tiempo para volver a verte.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Al menos pasa el día


Llevo algunos días levantándome tarde. Aguanto en la cama hasta encontrarme prácticamente desperezado. Me despierto sin prestar prácticamente atención al ordenador hasta bien avanzada la mañana. Sé que tú no estarás al otro lado. Dejo transcurrir las horas envolviéndome en un libro y, al terminar el día, acabo sorprendiéndome por lo mucho que avanzo ahora que no estás... demasiado, porque no me da tiempo a compartir mi impresión contigo. Contarte lo mucho que me disgusta o gusta lo que en él ocurre. Intento recordar todo, pero son muchas las cosas, aunque aguardo con muchas ganas el momento de contártelas todas. El tiempo se me hace más llevadero y prácticamente sin darme cuenta cae la noche dando lugar a que me vaya a esperar que pase otro día, aunque no sea tan tarde como acostumbro cuando hablo contigo. Pasan las hojas que no te he podido contar, pero te las contaré en cuanto podamos, porque parte del encanto que tiene leerlo es poder compartirlo contigo. 

domingo, 9 de septiembre de 2012

El por qué de mi sonrisa al ver tu foto

Miro tras la pantalla como tu figura se dibuja bajo un vestido. Me encantaría cogerte en ese instante y poder rodear tu cintura. Cogerte de la mano para hacerte girar y poder observar con detalle cada centímetro de ti, lo bien que te queda cada vestido. Me encanta tu cara y ver lo preciosa que me resulta cada día, lo guapa que estás. Da igual que hayan pasado 3 días o 3 meses desde la última vez que pude estar contigo porque me sigues provocando la misma sensación, el mismo deseo de abrazarte y besarte. Solo pienso en poder verte un día así conmigo, poder cumplir esto que digo y que tú misma puedas comprobar por mi cara que lo que te digo es cierto. No puedo inventarme la mirada que dedicaría a tu cuerpo por minutos ni esa alegría que me iba a producir acercarme a ti estando tan atractiva. Las palabras se me quedan cortas cuando me siento así, pero cada día me gustas más y tengo más ganas de estar contigo.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Tumbados

Son muchas las ganas de poder tumbarme junto a ti en la cama o en otro lugar. Acurrucarme a tu lado sin dejar en ningún momento de mirarte a los ojos. Acercarme tanto a ti de tal forma que con un simple gesto podamos besarnos mientras la punta de nuestras narices se rozan. Que uses mi brazo del almohada mientras te observo con cariño. Darte la mano y rodear levemente tu cintura con mi brazo hasta terminar deslizándolo para acariciar tu espalda y el resto de tu piel.

Imagino mi sonrisa en aquellos momentos tumbado con forma de 'C', al igual que la tengo ahora mientras imagino en mi cama que estás a mi lado. Te veo perfectamente haciéndome reír, sonriendo junto a mí pasando la tarde, el día o el tiempo que haga falta juntos, pero tan bien como siempre, consiguiendo sacarme esa felicidad que siempre tengo contigo.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Lo que dura una sonrisa

Quiero estar contigo, al menos, lo que dura una sonrisa.

He comenzado el día con la misma cara de felicidad con que lo terminé ayer.  Me he despertado en mi cama completamente agotado. Todos mis músculos estaban exhaustos y solo veía una razón, haber reído tanto contigo. Llevo todo el día con una sonrisa en la cara y con cada palabra que cruzo contigo, aunque hoy no te pueda ver, ésta aumenta. Permanezco hipnotizado por tu encanto, por tu dulzura, por el tono de tu voz, porque me haces enrojecer como nadie y disfrutar como un niño. Ya hemos dejado de hablar y nos hemos despedido por hoy y aún, mientras escribo esto, me dura una sonrisa tímida al pensar en ti que frase a frase está aumentando, dibujándose prácticamente por toda mi cara. Creo que no es algo normal, al contrario, lo veo muy especial y que solo tú me das, y en este instante tengo la dulce sensación de que esta felicidad y está sonrisa permanecerán, al menos, hasta mañana y se que sería mucho más tiempo si estuviera a tu lado.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

No se describir la sensación que tengo tras verte

Cuanto tiempo sin verte. 

Tu cara se me antojaba más dulce que nunca. En todo este tiempo casi se me había olvidado como brillaban tus ojos vistos desde cerca. Casi llegué a pensar que, sueño tras sueño, te había ido idealizando, pero al verte me di cuenta de que aquello no había ocurrido en absoluto. Me resultaste preciosa, más aún de lo que recordaba. Tus ojos, tus labios, tus mejillas, tu cuerpo, tu perfume… ¿cómo no abrazarte y sentir cerca cada vértice de tu cuerpo? y ¿cómo no besarte en tu suave cara o en tus dulces labios? Me encanta ver después de cada parpadeo tu sonrisa, tus ojos fijos en los míos o cerrados dulcemente, tenerte frente a mí, tan cerca, y estar tan cómodo contigo. No recordaba lo sencillo que se vuelve todo estando a tu lado mirándote, ni lo realmente agradable que es. Sólo suprimiría el momento en el que te me tengo que separar de ti y lo mal que me siento por ello, pero no puedo pedir un mejor día contigo y, de vuelta a casa, solo tengo ganas de mas, ganas de estar contigo aun y de volver a repetir pronto pero la próxima vez más tiempo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Al fin mañana

Me gustaría decir que este verano se me ha pasado volando, que prácticamente sin darme cuenta me he encontrado con que ya era septiembre y que tanto julio como agosto pasaron fugaces este año pero no ha sido así. Envidio a los que insinúan un verano corto pero lo real es que para mí los días se han alargado hasta hacerse interminables. Me dedicaba a llenar mi mente con tus palabras escritas, intentando entretenerme de forma que los inagotables días se pasasen rápido, intentando no notarlos. Nunca hubiera pensado años atrás que hoy me encontraría alegrándome de que al fin haya llegado septiembre tras un verano tan largo. Tras un verano en el que mi única forma de verte era cerrando los ojos. Unos ojos a los que costará cerrarse esta noche nerviosos por saber que pronto podrán verte, ansiosos porque pase esta noche y llegue mañana.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Más libros


Hace unos meses alguien me empujó a coger un libro, a leerlo tranquilamente a la par que ella, comentar hoja a hoja su contenido, lo más interesante de cada parte y lo que más impresión nos causaba. Me empujó a adentrarme en él y a que me gustase hacerlo como me gustaban el resto de cosas que hacía junto a ella. Aquello fue casi una primera vez. No hubiera cogido antes un libro de cierto grosor sin huir de él despavorido, temeroso por el tiempo que me supondría terminarlo, prefería perderlo en cualquier otra cosa que me resultase menos costosa. No he terminado aún la historia que me embarga en este momento, pero sí he terminado alguna otra que tampoco creo que hubiera aventurado a leer sino hubiera sido por ese empujón, y tan sólo la parte que llevo leído de este libro ya es mayor que ninguna que me hubiera leído antes de aquello. Es cierto que los libros te atrapan, según avanzas en sus páginas te adentran más y más en su historia pudiéndola vislumbrar claramente, haciendo volar tu imaginación, pero también pienso que a mí fue una persona la que me envolvió en las páginas de un libro y ahora cada página que recorro leyendo la paso pensando en ella, pensando en cuando quisiste empezar aquel libro junto a mí y poco a poco me metiste dentro de él aprovechando mi interés por ti. 

sábado, 25 de agosto de 2012

Una a cambio de todas

Desde el balcón hoy miraba al cielo impactado. La tenue luz de las calles del pueblo y la lejanía de aquella casa del centro de este provocaban que el cielo permaneciese prácticamente desnudo durante las noches de verano. Hasta hoy no había salido aún a mirar hacia el cielo y reposar sobre el alféizar de la terraza. Una suave brisa que mecía los arbustos que se podían ver desde allí me relajaba y adormilaba. Miraba embelesado las estrellas y recordaba los días que tiempo atrás, en el anterior verano, había  pasado diciéndote desde ese mismo lugar que ni todas aquellas estrellas juntas superaban lo preciosa que eres tú, no sabía cuánto. Me acuerdo de ti cada día que pasa superando el deseo de verte cada vez más fuerte, echándote de menos. Según transcurre el tiempo tengo más necesidad de estar junto a ti, de hablar contigo y de sentirte cerca. Sin dudarlo cambiaría todas aquellas estrellas que tan  perfectamente puedo ver hoy solo por una de ellas que no se encuentra ahí, por ti.

jueves, 23 de agosto de 2012

Fantasías de verano

He perdido la cuenta de cuantas veces he imaginado este verano que llegase ese momento en que me abrieras la puerta y poder abalanzarme sobre ti, envolverte fuertemente con mis brazos y, mientras, besarte. Ir dejando mis labios caer desde tu boca hasta llegar a tu cuello, apartando tu pelo suavemente, evitando tu camiseta hasta tener que terminar quitándotela junto con la mía para poder sentirnos la piel, para sentirnos más cerca. Notar el calor de tu figura marcado en mi pecho, tu forma, ansioso de marcarla con mis manos. Seguir rodeándote con mi brazo por tu espalda, apretando tu cuerpo contra el mío para poder unirte aún más a mí y mientras con mi otra mano agarrar tu muslo deslizando mis dedos por él, rodeándolo suavemente hasta notar las yemas de mis dedos húmedas mientras te acaricio. No poder evitar respirar cada vez más profundamente exhalando todo el aire sobre tu piel con ansia. Aferrándome a tu cuerpo con excitación, queriendo tenerte cerca de forma que, poco a poco, te fuera alzando hasta mí, despegando tus pies del suelo hasta el momento en que definitivamente rodeases mi cintura con ellos y sin dejar de ni un instante de besarte, de recorrerte con mi saliva, ir de esquina a esquina por los pasillos, apoyándonos en cada pared hasta encontrar definitivamente tu cama…

lunes, 20 de agosto de 2012

A medias

Durante un breve tiempo, esta noche, fuiste mi sueño. La brisa que normalmente entraba por la ventana cada noche hoy era inexistente. Entre sueño y sueño despertaba y me revolvía buscando de nuevo una posición cómoda para continuar soñando, hasta que en una de las veces apareciste tu, los dos estábamos abrazados, besándonos, recorría tu cuello con mis labios y podía sentir cerca tu piel. Sentía tus labios besándome en el hombro, parecía tan real… pero en ese instante volví a despertarme interrumpiendo mi sueño y dejando en mí un deseo de ti indescriptible.  Pero dejándome a medias, igual que se queda esta entrada, sin terminar de describir ese sueño que me hubiera gustado tener contigo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Princesa

Pasan lentamente los días del mes de agosto, uno a uno, dejándose notar, dejando su marca de un calor que poco a poco se irá apagando hasta dejar, por fin, paso a un otoño para el que todavía falta. No paso uno de estos días sin hablar contigo, adicto a ti, a pasar las horas del día echando de menos tu voz pero disfrutando de tus palabras, cada una de ellas más dulce y agradable hasta dejarme encantado. En horas tus encantos acaban con mis piropos, los gastan uno a uno demostrando que no me precipito al decir ni el más grande de ellos. Solo con tu dulzura demuestras merecer ese “princesa” que embelesado por tus palabras, por cómo me haces sentir, te acabo diciendo. Porque aunque no haya coronas, cortes o caballeros, sí que hay un chico al que le haces sentir cada día especial, un chico para el que si eres esa princesa y al que no le importa hacerte sentir como tal en cada uno de esos instantes que le regalas. 

lunes, 13 de agosto de 2012

Cautivado


¿Con que palabras se puede describir un día entero sin parar de sonreír por tu culpa? Como muchas mañanas me desperté con la luz del sol reflejándose en mi cara y desperezándome hasta que el calor me hiciese levantarme de la cama. No hubiese esperado tanto para de haber sabido el día que me esperaba, de haber sabido que desde el primer momento hablando contigo no dejaría de sonreír  y que en ningún momento del día me dejarías descansar de estar encantado contigo, de hacerme un poquito feliz y de dejarme una cara de bobo constante la cual me resultaba imposible de disimular. Los únicos segundos de descanso que me dejabas entre rubor y rubor los tenía que invertir mirando tus fotos necesitado de verte. Terminaba enamorado de ellas y de las curvas de tu cuerpo que se dejaban ver en cada una, encantado contigo de nuevo, pero esta vez deseoso de ti, excitado, queriendo recorrer tu cuerpo y besarte mientras te apretase en un abrazo en el que pudiera sentirte cerca, sentir tu piel y estar contigo, darte todo mi amor y quererte como debía, como merecías que te quisiera. Nunca he pasado un día embelesado como ayer, sin necesidad de moverme del sitio, simplemente hablando contigo, simplemente imaginándote. Hoy me he despertado con ansias de  repetir este día pero estando a tu lado, estando junto a ti, con menos tiempo para las palabras y mas para quererte pero quedando los dos igual cautivados. Quiero estar ya a tu lado, que se agote el verano y acabar con estas ganas de ti que se alargan demasiado y que cada día consigues que crezcan más. 

sábado, 11 de agosto de 2012

No da lo mismo

Son muchas las ocasiones en las que sonrió contigo pero ni el mejor momento ni la mejor sonrisa evitan que mi gesto se torne serio y desganado al saber que vas a su lado y que todo es igual que siempre. No puedo evitar que me asalten dudas y no puedo fingir que no me importe, aunque de poco serviría hacerlo porque me conoces demasiado para no notarlo en mis palabras. Todo mi deseo desaparece y busco solo sentarme a pensar, sin ganas de hablar, mirando a la pared esperando que ella me responda algo que necesite oír. Solo me sale decirte un simple adiós en esos instantes y esperar que quizá a tu vuelta se haya evaporado esa seriedad que me invade. Si no, poco a poco, esperar que el cariño que siempre te tengo prenda de nuevo mis ganas, hasta que otro cubo de agua las vuelva a apague de nuevo. No puedo ponerte una sonrisa y responderte un “da lo mismo” porque además de que lo notarías a mi no me da igual, se desgasta un poco esa mecha dentro de mi cada vez que esto ocurre. 

viernes, 10 de agosto de 2012

Días vacíos

Me desperté tarde, sabiendo de un día sin ti quise apurar hasta el último segundo en la cama hasta el momento que me estorbasen las sábanas y ya no aguantase estar más allí, a pesar de ello al llegar la media mañana ya había agotado las tareas que me urgían y leído todas las noticias varias veces, actualizaba constantemente deseando algo nuevo que poder leer y me entretuviese. Divagaba inquieto por la casa sin entretenimiento alguno. El calor se hacía pegajoso y me empujaba a abandonar el sillón donde yacía aburrido. Desgastaba el pasillo buscando algo que hacer, un sucedáneo de ti ya que no estabas. Ahora miro sentado como el aire del ventilador hace pasar las hojas del cuaderno donde está escrito el borrador del inicio de este texto y sigo aburrido sintiendo que este día ha estado vacío que me ha faltado algo por mucho que haya hecho.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Disfraces

Ningún día puedo sostener las ganas de verte. Miro todos los días las conversaciones que tenemos en las que consigues con cada frase que quiera estar a tu lado que te desee de una forma u otra. Necesito que se acabe esta tregua que pone a mi corazón en guerra, quiero que pase el tiempo de una vez. Dejar de disfrazar los días que quedan y poder dejar de engañarme pensando que no es tanto tiempo, porque sería mucho si lo pudiese pasar a tu lado. Hoy me conformo con una hora y lo considero suficiente, cuando aún me queda por pensar el mes que nos separa y que, fuera de los sueños en los que estoy contigo, me hace recordar que no estamos juntos y que te echo cada día que pasa más de menos.

martes, 7 de agosto de 2012

Orilla

Desde allí pensé muchas cosas que escribirte, muchas cosas que decirte, pero tenía pocos medios para poder expresarlas, pocos lugares donde escribirlas. Constantemente me acordaba de ti y fueron muchas las ocasiones que me hubiese gustado poder haberlo expresado. Miraba las estrellas pensando que me faltaba una, escuchaba decenas de canciones que me recordaban a ti, algunas que ya había compartido contigo y otras que me hubiese gustado compartir, incluso haber saltado junto a ti en aquel lugar. Cerraba los ojos tumbado sobre una toalla a pie de playa escuchando el baile de las olas al chocar con la arena, pensaba lo bien que estaríamos en un lugar así los dos juntos, el uno al lado del otro hablando en la tranquilidad de aquel lugar y viendo esconderse a un sol que diera paso a una luna llena, bajo la cual poder pasar la noche tomando algo, terminando en el hotel, de nuevo contigo, queriéndote.

lunes, 6 de agosto de 2012

Ola de calor

Allí, parado frente al escenario, escuchando canción tras canción sin dejar de pensar en ti en cada estrofa. Esperaba con ganas una canción concreta. Pasó el concierto completo sin que sonase la que tanto ansiaba, la que era nuestra pero, a pesar de ello, si hubo un instante en que comenzó a deslizarse por el aire la letra de una canción que no recordaba haber oído antes, una canción que había pasado por alto y que en ese momento resultó para mi perfecta. No había mejor canción para poder explicar lo mucho que te echaba de menos que la que en aquel momento sonaba. Desde el instante en que la escuché hasta hoy he esperado impaciente poder escucharla de nuevo y confirmar lo que mucho que me acercó a ti, porque no era la canción que esperaba pero si la que la sensación que quería tener, y aunque fueron muchos más los momentos en los que me acorde de ti fue ese en especial el que pensé que tenía que contarte. Ola de calor

jueves, 2 de agosto de 2012

Vacaciones

No todo es bueno al irse de vacaciones, sobre todo si se deja lo que más gusta de cada día, que para mí es hablar contigo y no quiero descansar de ello. Me voy a acordar mucho de ti. Pasará poco tiempo en que no eche de menos estar contigo y sé que serán pocas las cosas que no me susurren tu nombre, pocas las que no envidie compartir contigo y pocos los fotogramas que surquen mi mente en los que no quiera que aparezcamos juntos. Aun no me he ido y ya tengo ganas de llegar deseoso de hablar contigo para poder contarte todo lo que hice, todas las canciones que escuché y me recordaron a ti, todas las tardes que eché de menos pasar el tiempo hablando contigo y, sobretodo, llegar diciéndote que te quiero y que quedan menos días para poder verte de nuevo y darte tu regalo.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Mitad

Día tras día va pasando el verano, más despacio que deprisa para mi gusto. Paso las horas cada vez más cansado de este tiempo sin ti que apenas ha llegado hoy a su ecuador y, aunque gran parte del tiempo lo pase hablando contigo, son muchas las ocasiones en las que siento que no es suficiente, en las que necesito estar a tu lado, poder tocarte y sentirte cerca. Transcurre este verano sin que se me pasen en ningún momento las ganas de verte, echándote de menos, anhelando que llegue ese día en que por fin te pueda ver y besarte con todas las ganas que voy acumulando cada día, un día que cuando llegue quiero que se alargue todo lo posible, porque me va a faltar tiempo para quererte.

sábado, 28 de julio de 2012

Ciento uno

Cada vez que miro el número me cuesta más trabajo creerlo, casi sin darme cuenta he ido acumulando cosas que decirte, cosas que me gustaría que guardases, sensaciones que quería que supieras e ideas que no quería que se perdieran. Deseos, historias y momentos contigo, vividos, por vivir y por cumplir. Son muchas las entradas y tal vez ahora sea tiempo de descanso y vacaciones pero en este instante creo que no dejaré que ese tiempo pase sin escribir, no en este momento, porque ahora que no puedo verte tengo más cosas que contar, mas cosas que decirte y más historias que plasmar en un papel para que algún día las leas, y no hay mejor papel que este. Tal vez el tiempo del que disponga me impida hacerlo con la frecuencia que hasta ahora, pero aun así siento que tengo que escribir muchas cosas aun, que mi mente sigue dando vueltas constantemente pensando en ti y que te lo diré de todos los modos posibles mientras pongas una sonrisa al saberlo.

miércoles, 25 de julio de 2012

Tormentas de verano

Aquella misma tarde descansaba en mi casa después de haber estado contigo. Junto a la ventana, como tantas veces, miraba a la calle, con la vista perdida y la mente en las nubles. Nubes que se vestían poco a poco color ceniza y venían acompañadas de un aire empapado del aroma a tierra húmeda. El asfalto gris se vestía de lunares que iban desapareciendo dejando una calle que brillaba con la poca claridad que le quedaba al día. Entonces me acordé de ti de nuevo, de aquel momento en que te dije hace casi un año que cuando viera las primeras gotas de lluvia en mi ventana después de unos cuantos días de verano te llamaría, hablaría contigo solo por demostrarte que me había acordado de ti. No solo lo hice esa vez, sino que hoy me ha vuelto a suceder, he vuelto a ver llover y me he acordado de ti, deseando estar contigo oyendo las gotas caer. Cada vez son más las razones por las que me gusta la lluvia...

martes, 24 de julio de 2012

Desayuno


Los días de bochorno se sucedían uno tras otro, superando progresivamente el calor del anterior, pero hoy el día se había despertado diferente, mucho más fresco, parecía que el tiempo supiera que hoy iba a encontrarme contigo, y qué mejor manera de recibirte que con un día así. Pasé la mañana contigo disfrutando de ti como deseaba, como casi había olvidado y reviviendo ese deseo que tenía cada vez que te veía y que por mucho tiempo que pasase no se había apagado lo más mínimo. Jamás me sentó tan bien un desayuno, como lo hizo aquel día, y creo que la causa fuiste tu. Al llegar a casa al atardecer me arrepentía de no haber podido hacer nada más contigo, de no haber buscado una oportunidad para besarte, pero nada impedía que estuviera contento por verte, por haber estado contigo y por haber disfrutado de ti después de tanto tiempo sin hacerlo, ni tan siquiera el deseo de tenerte podía impedirlo. Tal vez faltase algo para cumplir todo lo que deseábamos, pero el día lo tuvo casi todo, y estar contigo hoy había sido tan maravilloso como lo era tu sonrisa.

lunes, 23 de julio de 2012

Necesito verte

Las hojas del calendario se amontonan en la papelera contando los días desde la última vez que pude verte.  Echo en falta estar contigo y tenerte cerca de una vez, porque sin ti solo estoy divagando en los últimos días y no hago mas que desordenar mis ideas. Necesito sentirme bien a tu lado, volver a estar contigo olvidándome de todo al verte y a la vez volver a recordar de la mejor forma posible lo que siento estando a tu lado, lo que es quedarme con cara de bobo al mirarte mientras sonríes. Y es que lo echo de menos y lo necesito, necesito estar contigo aunque no sea demasiado tiempo, necesito tomar un respiro para poder barrer ese montón de hojas antes de volver a acumularlas de nuevo. Te necesito cerca aunque solo sea por un instante.

domingo, 22 de julio de 2012

No quiero

Aunque no quiero que termine de ese modo son cada vez más los días que pienso que podemos acabar así. No me encontraría mejor y me dolería muchísimo pero es que no me gusta aguantar el paso del tiempo del modo que lo estoy haciendo, diciéndome frecuentemente que estas con él y teniéndolo que aceptar. Que por primera vez me planteo que esto termine por mí, y tenerte lejos no ayuda a estar mejor ni a poder cambiar esta idea consolándome a tu lado, pero no se cuanto tiempo quiero ya seguir de este modo, sintiéndome mal en todas esas ocasiones en las que me tengo que resignar. Pasa el tiempo y sigue todo igual, y poco a poco, agotado, noto que no puedo y que decaigo. Me canso de que me arda el pecho como si me prendieras fuego día si día no. Me canso de no poder acortar distancias contigo de ningún modo porque todo nos los impide y de estar separados sin remedio. Me duele tan solo pensarlo porque realmente se que te quiero, y creo me arrepentiré silo hago, pero no sé hasta qué punto un día, completamente desanimado y deprimido, no cambiaré de idea, buscando tal vez eludirme de ese agobio que me produce saber que no avanzamos. Espero que quede mucho aun hasta que cambien mis ideas, porque no quiero hacerlo, no quiero tener que renunciar a ti, lo que quiero es poder quererte.

sábado, 21 de julio de 2012

Necesidad

En algunas ocasiones el cielo se ve cubierto de nubes color carbón, advierten de la amenaza de la tormenta, de truenos y relámpagos que no son sino la metáfora de una disputa. Es tras esos momentos cuando me gustaría muchísimo tenerte cerca. Momentos en los que te necesito, en los que me gustaría hablar contigo porque preciso de tu voz. Son ocasiones en las que te echo de menos casi más que en ningún momento. Hablo demasiado de lo que ansío tu cuerpo, de lo que lo deseo, pero es en estos instantes en los  que realmente te echo de menos, en los que más noto tu ausencia, en los que más necesito estar contigo y en los que me gustaría acompañar tus palabras de un abrazo, aunque por si solas ya sirvan en la mayoría de las ocasiones para animarme y para decirme lo que necesito.

viernes, 20 de julio de 2012

Si estuvieras...

Que haya tantas cosas que me recuerden a ti y que seas tú a la que mi mente dirija su pensamiento directamente. No puede haber momento que me recuerde a tu cuerpo porque me empiezo a quemar  y comienzo a desearte, a imaginarte como otras tantas veces, quitándote la ropa y haciéndote el amor. Empiezo a sudar de calor sin tenerte cerca sin que suba otra temperatura que no sea la mía, deseando quemar tu piel, tocar tu cuerpo, oírte… No puedo pensar en ti sin que se me acelere la respiración, sin que esta sea tan profunda que sienta que no hay aire suficiente en la habitación, sin que se me acelere el pulso, sin que desee que estés cerca, porque si lo estuvieras… No quiero pensar que pasaría si lo estuvieras, no quiero ponerme peor de lo que estoy.

martes, 17 de julio de 2012

Antes de las 12


Aunque tal vez sea una tontería y no tenga demasiada importancia me gusta que haya un día más que poder recordar. Un día más que me haga pensar en ti, en cómo hacerte sonreír hoy, aunque eso sea algo que quiera hacer en cualquier momento. Un día en el que tener una excusa para hacer ciertas cosas.
 Cuando se aproxime la hora pasaré el tiempo esperando el sonido de las campanas que tenuemente se oyen desde mi casa, algo alejada del campanario. Ese anuncio que indique que el reloj marca la hora adecuada para poder decirte algo que me encantaría hacer en persona y terminarlo con un beso. Aunque de momento esta es la única forma que tengo para poder demostrarte que quería ser el primero en acordarme del día que es, decirte que no se me olvidan las fechas que tienen que ver contigo, y decirte esa palabra que no escribiré aquí porque prefiero decírtela a ti aunque tenga que ser mas tarde.

lunes, 16 de julio de 2012

Días raros

Siempre hay momentos que no dejan comprender el fondo de lo que nos pasa, sensaciones que se presentan en ocasiones, en días raros. Yo no sabía a qué podía deberse esa tristeza que me rondaba intermitente sin dejarme descansar, esa que con simples destellos se dejaba ver y me hacía enmudecer dentro de ese quemor que invadía ocasionalmente mi pecho retumbando dentro de mí como un eco, cortándome la respiración que en cada latido ardía y me dolía. No llegaba a entender por qué me pasaba, pero podía intuir que era en gran parte por echarte de menos, por tenerte ahí y no poder estar contigo, por necesitarte, por quererte… por sentir ese frío cuando me acalorabas y por no abrazarte para poder ponerle definitivamente remedio.

sábado, 14 de julio de 2012

Hoy me faltas tú

Hoy deambulo desorientado de un lugar a otro sin saber qué hacer, sin tener algo concreto en lo que perder el tiempo, algo que me  mantenga entretenido hoy que todo es raro. El día se me hace más largo de lo normal, he hecho mil cosas y tareas acumuladas sobrándome tiempo para descansar entre ellas y el reloj apenas acaba de avisar de que es media tarde. Entro y salgo y vuelvo a entrar a ese lugar donde tú no estás, a ese lugar en el que se que hoy no aparecerás pero, aún así, es sistemático el mirar constantemente buscando tu nombre hasta que, finalmente, aburrido y resignado, deje de hacerlo para intentar encontrar otro entretenimiento en otro lugar, casi desesperado y nervioso porque no encuentro algo que hacer y con lo que distraerme, algo con lo que se consuma mi tiempo al menos la mitad de rápido de lo que me vuela contigo, algo con lo que no te eche tanto de menos, aunque no creo que lo consiga, hoy me faltas tú.

viernes, 13 de julio de 2012

Ganas de ti


Era oírte hablar con ese tono y sobre ese tema y me ponía malo. Un escalofrío constante me recorría y me hacías revolverme en la cama sin encontrar sitio ni posición, ansiando buscarte en las sabanas hambrientos el uno del otro y encontrarte a mi lado para poder sujetarte entre mis brazos, besarte deseosamente y hacerte el amor salvajemente sobre la cama, mordiéndote y acariciándote con ansia, conteniendo la respiración mientras tus jadeos me excitan y me animan a quererte con más pasión y más ganas hasta que los dos caigamos ya agotados y satisfechos sobre las sabanas empapadas en sudor. Satisfechos pero sin poder quedar contentos demasiado tiempo porque aquello hubiera sido tan bueno que desesperásemos por buscar un momento para hacerlo de nuevo.